Oficina del paro en Madrid. Fuente EFE |
Llevamos unos días de datos positivos en lo que respecta al mercado laboral en España. Noticia positiva de la que debemos alegrarnos y analizar para mejorar los resultados futuros.
“Las políticas activas de empleo no son tener buenos deseos, y limitarse a esperar los datos estadísticos, para luego celebrarlos; es necesario analizar como se comporta en mercado laboral recuperando empleos”
Por un lado la EPA –Encuesta de
población activa- del 2º trimestre de 2016 publicada el jueves 28 de julio, nos
ofreció un descenso de 216.700 personas entre abril y junio, dejando la tasa de
paro en el 20%, equivalente a 4.574.700 personas sin empleo. Puedes consultar
aquí los datos completos de la última EPA: Datos EPA 2T2016.
Por otro lado, el martes 2 de agosto y
según los datos de paro registrado, en julio se ha producido un descenso de
83.993 desocupados, un dato que no teníamos desde 1997 en un mes de julio. Por
lo que la tasa de paro se sitúa en el 20%, con 3.683.061 personas sin empleo.
Lo primero que nos llama la atención es
que contamos con dos indicadores y aunque las tendencias ofrecidas por ambas
son similares, está claro que puede inducir a confusión: ¿Tenemos 4.5 millones
de personas sin trabajo o 3.6? Porque la diferencia es de casi 1 millón de
personas.
Evolución número parados EPA - Datos extraídos del INE |
Ya sé que los conocedores del tema nos
dirán que las metodologías de cada uno de estos indicadores son diferentes y
que por tanto son compatibles y no contradictorios, ya que aportan visiones
diferentes de un mismo acontecimiento.
Pero no dejo de tener presente que
los datos de paro registrado siempre han sido más favorables políticamente y
que son más moldeables –véase manipulables-, mientras que la EPA es una
encuesta menos “dulce” históricamente para los políticos. ¿Puede ser esta una
explicación de que existan dos datos de paro? El ser humano se resiste a
abandonar aquello que le hace más llevadera la existencia.
Aceptemos que coexistan los dos datos, uno la EPA, que nos informa vía encuesta de la situación del empleo en el país y que está más cerca de la forma de medir admitida por la Unión Europea.
Otro, el dato de paro centralizado en el SEPE –Servicio Público de Empleo Estatal-, llamado paro registrado, que nos da el número de personas apuntadas en los diferentes servicios de empleo autonómicos. Y que tratándose de un indicador extraído de diferentes sistemas informáticos, podría ser online –diario, público y consultable por todo el mundo- y no publicado cada primero de mes para lucimiento del político de turno –o espantada si no le interesa-. Juegan con el dato durante el mes, ya que ellos conocen avances del mismo y saben si pueden sacar “el morro” según la evolución de cada periodo.
Aceptemos que coexistan los dos datos, uno la EPA, que nos informa vía encuesta de la situación del empleo en el país y que está más cerca de la forma de medir admitida por la Unión Europea.
Otro, el dato de paro centralizado en el SEPE –Servicio Público de Empleo Estatal-, llamado paro registrado, que nos da el número de personas apuntadas en los diferentes servicios de empleo autonómicos. Y que tratándose de un indicador extraído de diferentes sistemas informáticos, podría ser online –diario, público y consultable por todo el mundo- y no publicado cada primero de mes para lucimiento del político de turno –o espantada si no le interesa-. Juegan con el dato durante el mes, ya que ellos conocen avances del mismo y saben si pueden sacar “el morro” según la evolución de cada periodo.
Evolución tasa de paro EPA - Datos extraídos del INE |
Ambas actuaciones nos llevan a una
clara conclusión: “Los datos del paro no son más que eso, datos, números fríos
que usan unos y otros para lanzarse a la cabeza según interés y la posición que
ocupen. Olvidando que detrás de ellos existen personas y familias que en
ocasiones han perdido hasta la esperanza de encontrar un trabajo digno”.
A modo de resumen de prensa aquí van
algunos datos que se desprenden de un análisis más detallado de ambos
indicadores.
Según el paro registrado.
- La mayoría de los contratos firmados son temporales. Solo en 7,6% de los contratos de julio son indefinidos.
- Los sectores que más trabajo generan son: Hotelería, sanidad y comercio. Típico del periodo analizado y del mercado laboral español.
- El empleo de camarero es el que más a crecido desde agosto de 2007, con 210.000 profesionales más.
- En educación, con la finalización del curso escolar, se pierden 93.062 empleos.
- Continua descendiendo el número de personas con algún tipo de cobertura.
Según la EPA.
- La generación de empleo en España se desacelera respecto a las estimaciones realizadas para 2016 (Estudios BBVA Research e Instituto Flores de Lemus).
- El 25,7% del empleo por cuenta ajena existente es temporal.
- El sector público es uno de los que contribuye a la destrucción de empleo, con 23.200 trabajadores menos.
- La agricultura pierde 17.200 empleos.
- El sector servicios genera empleo pero no lo esperado. Unos 126.900 menos, según datos estimados (Estudio BBVA Research).
- Un 25% de la mejora del dato del empleo en España se debe al menor número de personas en el mercado laboral. Salidas de España y abandono de la búsqueda de empleo.
Nuestro mercado laboral genera empleo
precario, de corta duración, con exceso de horas trabajadas y en sectores
básicos de servicios, estacionales y lejos de sectores no expuestos a cambios
socio-económicos –turismo-, dejando de lado áreas ligadas a la tecnología, las
energías renovables y la investigación. En la última EPA se detecta un aumento
anual de horas trabajadas, que pasa de un incremento del 3,3% al 3,9%. Dato
contradictorio con la generación de empleo de calidad. Nuestro mercado contrata
cantidad no calidad.
No obstante, le demos las vueltas que
le demos, este país sigue teniendo más de 3,6 millones de problemas –si cogemos
el indicador más favorable-. Un universo muy amplio y con casos muy diferentes,
desde el que “disfruta” de la situación, hasta el desesperado por conseguir un
empleo. Todos ellos tienen algo en común, no tienen donde trabajar.
Desempleado (según la RAE adj. Que se halla en situación de
paro forzoso), en nuestra sociedad parece ser un adjetivo peyorativo, con
connotaciones negativas.
Siempre surgen dudas alrededor de esta
situación, incluso sobre la persona que lo sufre. Las empresa son reticentes a
elegir a una persona que lleva un tiempo considerable en situación de
desempleo. El problema es que si volvemos al análisis detallado de la EPA,
veremos que cada vez el grupo de personas paradas de larga duración es mayor.
Nuestro núcleo central de parados lo
componen personas con baja cualificación profesional, procedentes del sector
construcción y oficios auxiliares. Nuestro mercado esta asentando su desarrollo
desde el sector servicios y tirado de forma mayoritaria por el turismo.
Atención: Ambos escenarios pude que no sean compatibles. Solo una recuperación
de la construcción dará salida a un porcentaje alto de desocupados.
Políticas
Activas de Empleo.
“Demos una vuelta a todos estos datos y pensemos en las personas no en los números”
Ya es momento de pensar que la ayuda
que venga desde la administración o las organizaciones sin ánimo de lucro debe
cambiar.
Ya es momento de pensar que no sirven
las actuaciones genéricas, los cursos repetidos hasta la saciedad para un
público heterogéneo que acude totalmente desmotivado, ya no creen en la
aplicación práctica de esas enseñanzas.
Ya no sirven los talleres de empleo que
parecen elegidos por personas aisladas en despachos sin ventanas, con el único
objetivo de sacar de las listas de parados a unos miles de números, y
satisfacer un salario ridículo al que acude a los mismos. La mayoría van por el
dinero, no por la enseñanza.
Ya no vale café para todos, es momento
de sentarse a charlas con los “clientes” y orientar a cada uno de ellos, según
su situación, personalidad, educación e inteligencia emocional.
Si nos pasamos a la perspectiva de la
persona que no tiene trabajo y salvando las circunstancias de cada uno, es
necesario que hagamos un esfuerzo y veamos esta situación como positiva, al
menos cuando se la plateemos a la persona desempleada.
Estar desempleado puede ser una oportunidad de mejorar, aprender, conocer,
leer, ampliar tus contactos, ampliar tus competencias. Que otro te haya
situado como desempleado (recordemos que no es voluntario), puede ser una oportunidad para cambiar, salir del lugar
de toda la vida, emprender ese proyecto personal guardado en un cajón
desde hace años y no emprendido por la comodidad que daba un trabajo seguro o
la proximidad de los tuyos.
Incluso puedes dar un giro de 180º a tu
vida profesional. Aprender un nuevo idioma, vivir experiencias en otros lugares
y tomar la formación profesional que aquí no puedes tener.
Pensémoslo… ¿No merece la pena?
1 comentario:
Excelente artículo y síntesis de la situación. No obstante, hay una observación que repiten con frecuencia políticos, analistas, economistas, etc. y es que el empleo que se genera es precario. Mi pregunta es, ¿es realista pensar que después de destruir millones de puestos de trabajo, quedándose decenas (o cientos) de miles de familias sin ningún trabajador ocupado, con la destrucción de miles y miles de empresas que hemos presenciado, el mercado empiece a regenerarse creando puestos estables, de alto nivel salarial, etc. Mi opinión es que no, al menos no veo como puede darse, creo que el mercado debe arrancar generando empleo haya donde se pueda y aprovechando cada oportunidad por mediocre que parezca, haciendo crecer la población empleada y con el crecimiento del consumo de las familias, que se creen nuevas empresas y que estás creen nuevos puestos, cada vez de mejor nivel y estabilidad, y así crecer y recuperar tanto población ocupada como calidad de empleo.
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