“En un buen liderazgo hay dos elementos básicos que lo hacen más creíble, estar en las entrañas del proyecto y que tus actos salgan de tus entrañas.”
Liderazgo y RRHH por @xsalas |
Leí el otro día una entrevista a Henry F. De Sio, el que fue en 2007 jefe de operaciones de la campaña
electoral de Barack Obama. En ella expresa su opinión sobre el cambio de
paradigma que estamos sufriendo, en un mundo inmerso en cambios dinámicos y una
sociedad en permanente transformación. Henry F. De Sio apunta a dos ideas básicas en el
nuevo entorno: La educación de los niños/as y la empatía.
El liderazgo debe ser
humano y pasar muy cerca de la empatía. Ya no se puede interpretar como punto
de debilidad en un líder el hecho de que muestre sus emociones y/o
sentimientos.
El nuevo líder en un mundo interconectado tiene que ser capaz de
hacer que los demás bajen sus defensas, se conviertan a esa nueva tendencia de
individuos colaborativos y participativos, generosos y activos.
Al final de este análisis
se llega a una conclusión bastante lógica:
“En realidad el principal papel del líder es hacer que todas las personas que le sigan, respeten o voten sean líderes”
Si tienes claro que ya no
existen los jefes muy jefes, o los políticos egocéntricos, o las estructuras
verticales y rígidas, o los grupos alienados por falsos visionarios; también
tendrás claro que la humildad, la empatía y las emociones dominaran un gran
espacio de desarrollo de los nuevos líderes del futuro.
El liderazgo político.
No se puede pretender
liderar una sociedad como la española –castigada por la crisis- únicamente
desde el pragmatismo ideológico, o desde el miedo infundido a un colectivo que
lo está pasando mal desde hace 8 años.
Ninguno de los candidatos
de las últimas elecciones marca una diferencia sustancial frente a los otros en
valoración por parte de la sociedad, ninguno de ellos infunde la suficiente
confianza, ninguno de ellos es un líder moderno, actual. Y no es una cuestión
que se mejora apareciendo en programas de televisión con mucha audiencia y
ganas de mostrar “el lado humano” haciendo en ocasiones el ridículo.
Se trata de ganarse a una
sociedad –harta de corrupción- para que decida bajar sus defensas y convertirse
en personas activas; en actores y colaboradores. Consiste en definitiva en
hacer que cada ciudadano se sienta a su vez líder, protagonista, y se quiera
poner en la piel del líder… Empatía.
Una sociedad cambiante
como la nuestra no puede estar liderada por individuos cuyo mensaje es: Deja
que yo haga las cosas por ti, estarás mejor.
Obama no gano las elecciones a la
presidencia de los Estados Unidos de América con un mensaje de miedo o de
resignación, lo ganó con su famoso “Yes, we can”. Un mensaje que tendía la mano
a todo aquel que quiso ser protagonista.
El liderazgo empresarial.
En esta faceta social es
necesario un cambio radical, las empresas ya no pueden asentar el liderazgo en
nombramientos de gurús o dilatadas experiencias que no aportan al colectivo
nada que no sea altanería, imposición y miedo para proteger su posición.
Como dice Henry F. De Sio
en la entrevista,
“Ahora hay un nuevo
ideal social que todos queremos alcanzar y que pasa por gente con una mente
innovadora, corazón de servicio, espíritu empresarial y perspectiva
colaborativa. Vivimos una vida de cambios y de personas que promueven esas
reformas. Hemos pasado del mundo de la repetición, donde quienes tenían el
poder decían a los demás lo que debían hacer, al mundo del cambio.”
Los nuevos líderes deben
construirse desde la ambición de hacer que los demás también lo quieran ser, sin miedo
a perder el protagonismo… Porque lo mejor que le puede pasar a un líder hoy es
que deje de ser él el protagonista de su organización. Vale solo con inspirar,
con acompañar, con liberar a los demás de todas las presiones que hasta este
momento son las que han formado el corazón de una empresa tradicional.
En estos tiempos nos
debemos preocupar más por acompañar que por poner remedios, necesitamos
estar cerca para experimentar las cosas, conectar mucho más que
controlar, manifestar con el ejemplo y no estar en lo más alto de la
organización.
El líder necesita empatía,
el nuevo líder necesita extraer sus actos, sus palabras, sus gestos desde las
entrañas… las suyas y las de la empresa.
¿Te atreves a cambiar?
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