Cuando
inicias una nueva actividad en la vida, personal o profesional, siempre hay un
periodo de tiempo donde la novedad de una situación diferente, el afrontar
nuevos retos y/o descubrir a personas, hacen que tengas un plus adicional de
dedicación e ilusión que permite afrontar las nuevas tareas con más fuerza y
sin apenas darnos cuenta. Nuestros esfuerzos se redoblan sin necesidad de
ningún estimulo adicional.
Esta
situación la podríamos definir como “Motivación Endógena”, es decir, aquella
que tiene su origen desde dentro de la propia persona u organización. Para el
autor de este Blog, esta es en sí mismas la única y mejor de las motivaciones
que podemos tener, al menos desde el lado profesional.
Muchos
abogan más por cultivar un tipo de motivación más relacionada con factores externos
al protagonista, está la definiremos como “Motivación Exógena”, es decir,
aquella que tiene su origen en el exterior de una persona u organización. Más o
menos la que defienden aquellos profesionales que piensan que la motivación de
una persona o equipo debe estar siempre influida o inyectada por el jefe de
turno o en el mejor de los casos por el líder iluminado.
Con estas
dos formas de definir la motivación siempre existe la posibilidad de crear un
ecosistema que permita compaginarlas, de hecho ese sería el mejor entorno que
podrías crear en cualquier organización o equipo de trabajo. Uno en el que el
principal motivo de superación esté en cada individuo de forma personal y que
el entorno permita que esa “motivación endógena” no se pierda, sino que se
mantenga y en el mejor de los casos se incremente.
No
obstante, y sobre todo en tiempos donde las cosas no son tan evidentes y las
condiciones laborales empeoran –tiempos como los que ahora vivimos-, la
motivación que puede venir desde fuera, la que le llega a cada individuo desde
los actores que le rodean suele estar bastante distorsionada y normalmente solo
nos proporciona empeorar las cosas.
Así que
nos hacemos esta pregunta ¿Motivamos en tiempos de crisis?
La
respuesta, al menos para mí, es un rotundo NO. La explicación muy sencilla: Son
tiempos en los que lo mejor de nuestros esfuerzos y atenciones se centran en la supervivencia, así que se
supone que el resto se da por hecho. “Aquí se viene motivado, no estamos para
tonterías”.
Así pues,
si asumimos esta situación como normal en muchas "pymes" y nos dejamos de teorías
poco aplicables en tiempos revueltos, tal vez lo que deberíamos pensar es como
hacer para no empeorar las cosas. Si no estamos dispuestos a asumir un papel
protagonista en el buen ambiente del equipo, al menos no actuemos en contra de
la poca “motivación endógena” que exista y que estén aportando los propios
individuos.
Veamos
estas cuatro recomendaciones para conseguir, por parte de los que tienen poder
de influencia en el grupo, no destruir lo poco que pueda existir de motivación
y que estén aportando los propios empleados:
No seas invisible, déjate ver por los
demás. No
desaparezcas en los momentos difíciles, no escondas la cabeza como los
avestruces, debes estar presente y visible. Tal vez estar allí no sea la
solución de todos los problemas, pero seguro que la no presencia su ayuda
aincrementarlos.
No dejes conversaciones pendientes, si
las tienes ciérralas.
En los momentos de crisis las especulaciones son parte del razonamiento diario.
En este entorno nada peor que iniciar una conversación y no concluirla, en el
hipotético caso de que eso pueda suceder, lo mejor es no iniciar la
conversación.
No levantes expectativas secretas. Las dudas se llevarán parte del
esfuerzo de un equipo instalado en medio de una crisis, nada peor que insinuar
la solución de alguna de ellas, pero no dar la respuesta concreta y adecuada.
Mejor hablas si tienes todos los cabos atados.
No seas arrogante. No humilles. No hagas uso de tu poder de forma
clara, evidente y sin piedad. Todos saben que tú decides, pero no es necesario
que lo vocees.
Si
llevamos estas recomendaciones a positivo, se convierten en cuatro ideas que
siempre deberían estar en la mente de las personas, sin necesidad de estar en tiempos
de crisis:
Comparte,
Se
transparente,
Apóyate en
las fortalezas y
Se
humilde.
Ideas que
animan a cualquier persona que tenga la responsabilidad de trabajar con otras
personas a no olvidar nunca que es necesaria una proximidad, intentado no fallarles,
dando ejemplo con su propio comportamiento y sobre todo siendo coherente con
sus acciones, no digas una cosa y hagas otra. Se romperá la relación emocional
con el grupo y se perderá cualquier posibilidad de ser una referencia para
ellos, si no se mantienen estos mínimos.
Así pues,
parece que en tiempos de crisis podemos sacar los viejos apuntes para aprender
que no deberíamos dejar de hacer lo que se supone una persona con
responsabilidades de dirección o un Departamento de Recursos Humanos debe hacer
por propia definición. Pero, aunque parezca obvio, hay muchas personas que
aprovechan los tiempos de crisis para mirar hacia otro lado.
2 comentarios:
Por alguna razón la motivación está relacionada con premios y la fuerza de voluntad con castigos. Si bien la motivación intrínseca es importante. No podemos depender de ella para impulsar nuestra vida. En un punto debe entrar la fuerza de voluntad; levantarse mas temprano, dormir menos, comer mas balanceado...son cosas que en principio parecen privarnos de algo. Algunas empresas saben premiar la fuerza de voluntad al ofrecer un premio de puntualidad, motivar el ejercicio con un club deportivo y sauna dentro de la empresa. Por su puesto el dinero será la motivación inicial (premio), pero se requiere disciplina y constancia para llevarlo a cabo TODOS LOS DÏAS y habrá quien no se interese en conseguirlo con tal de dormir algo mas.
Gracias por el comentario Graciela!!;-) Lo cierto es que mucho de la motivación depende de cada individuo. Esa es la parte más difícil de mantener, donde es más difícil ser constante.
Saludos
@xsalas
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