El título
del post hace referencia a un artículo publicado en el número de marza de la
revista TELVA y donde su autora Carla Nieto me propuso
participar (Ver artículo completo aquí), dando mi opinión sobre las
posibilidades de salir adelante en un mercado laboral inestable, donde en
ocasiones es mejor pensar en cambios que empeñarse en ser lo mismo, aquello que
fuimos durante años y que suponemos sabemos hacer mejor que nadie, pero que ya
nadie aprecia.
Una
posible salida profesional consiste en cambiar, en plantear nuevos horizontes,
nuevas y diferentes metas, paso que solemos llamar “Reinventarse” y que yo
prefiero llamar: “Evolucionar-se”. De esto va el artículo de Carla en Telva y
eso plasmaremos en este post, de forma práctica y directa.
¿Por qué “Evolucionar-se”?
Lo cierto
es que la diferencia entre “Evolucionar-se” y “Reinventarse” puede ser muy
sutil, tan solo un matriz, pero en todo caso importante. No es lo mismo
enfrentarse a un proceso de cambio profesional pensando que debes “dejar” atrás
mucho de lo conseguido hasta ese momento para enfrentarte a un nuevo reto, que
pensar que puedes usar parte de tus vivencias, de tus experiencias para
evolucionar y crear un nuevo futuro profesional.
¿Qué se necesita para “Evolucionar-se”?
Siguiendo
la línea marcada por Carla Nieto en el artículo de TELVA, las cualidades que debe
tener cualquier persona para iniciar este proceso son…
FLEXIBILIDAD. Cualidad indispensable, necesaria y
no prescindible. Nada podrá iniciarse si no eres capaz de pensar de otra forma
y en otras cosas. Observar, aprender, lanzar nuevos
retos y ser capaz de interpretar la realidad de otra forma. No dar por sentado
que lo que sabes es suficiente, que tu punto de vista es el único válido, que
no necesitas aventurarte por más caminos que los ya transitados. Iniciar el
proceso significa aceptar que hay mucho más por descubrir que todo lo que hayas
podido aprender hasta ese momento, aunque tengas 20 años de experiencia.
LUCIDEZ. Lucido, claro en el razonamiento, en
las expresiones y en el estilo. Necesitas construir un objetivo claro, pero no
hagas listas maravillosas, ni largas evaluaciones de pros y contras, o grandes
planes de negocio. Nada, lo normal es que tomes todas tus habilidades y
competencias aprendidas durante el recorrido de te ha dado tu experiencia, que
las reconozcas, que las pongas en positivo y que sobre ellas inicies el proceso
de construcción de tu nuevo futuro profesional. Así de sencillo y de
complicado.
¿Qué como
se hace esto? Pues cambiando el orden en el que normalmente nos hacemos las
preguntas clave en estos casos. En lugar de preguntarte: ¿Qué sabes hacer?
Pregúntate ¿Cómo lo sabes hacer? El truco está en no hacer de nuevo lo que hacías
hasta ese momento, quieres cambiar no. Así que tus puntos fuertes estarán en
tus cualidades, habilidades y competencias, en tu saber hacer, en el cómo lo
haces más que en el que haces. Al menos para empezar.
HUMILDAD. No parece una cualidad muy acertada
para emprender un nuevo camino, más bien podría irnos mejor desarrollando
nuestra ambición, mostrando nuestros deseos ardientes por alcanzar nuestro
objetivo. Pues no. La segunda opción tal vez te llevará de una forma más rápida
y por un camino más corto, pero solo es una apariencia, es posible que termines
dando con tus huesos en una cuneta. La humildad te proporcionará la serenidad
suficiente como para aprender sin sentirte agredido por aquellos que dicen
saber más, te permitirá compartir lo que sabes y aprendas mientras recorras el
camino, haciendo de ti una persona dispuesta a colaborar si no te apartan de tu
camino. Todo ello hará que dejes buenos recuerdos en aquellos que conozcas en
tu nueva andadura, sembrar bueno te permitirá mejorar tu futuro y alcanzar tu
meta.
VALOR. Encontrarás muchos obstáculos en tu
recorrido, lógico, pero sobre todo dos: Miedo y Opinión. Vemos a combatirlos
antes de colgarnos la mochila en la espalda y que ocupen parte del espacio, con
el peso añadido que tienen.
Miedo a
TODO, si a todo, a fracasar, a tomar el camino equivocado, a no poder ganarte
la vida, a defraudar, a no ser capaz, a que fallen las fuerzas, a que… a que… y
así hasta el infinito. Deja todo de lado, duerme las horas necesarias (al menos
7 diarias), haz deporte y cuídate físicamente, cuida tu imagen y establece
relaciones continuas con tu entorno, te encontrarás que el mundo sigue su curso
y que tú no lo paras hagas lo que hagas, que puedes continuar, que no pasa
nada, que no estamos PENDIENTES DE TI en todo momento. Solo siendo agradecido
por lo que estés viviendo cada día, será suficiente para cargar tu depósito de
combustible.
Opinión de
nadie. Esto es lo más sencillo de todo. Deberás pasar de las opiniones de todos
aquellos que no sean positivos. Es posible que solo llegues a oír a aquellos
que te previenen de los peligros, de las amenazas, de los riesgos. No hagas
caso, debes aprender a perseverar en tu proyecto y está será la mejor forma de
cultivar tu confianza.
Por cierto
esto no tiene EDAD ¿Te atreves?
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