La ilusión inicial se ha convertido en proyectos concretos. Por una parte ayudamos en el centro de salud, la verdad es que es como unas prácticas, pero nos sentimos arropadas por los médicos y ya tenemos cierta independencia.
Por otra parte están las madres y sus niños, estos últimos son los que más se llevan de todo esto, además de las golosinas que llegaron desde España (a modo de premio). Hemos desarrollado talleres de higiene bucal para los niños y reconocimientos médicos. Talleres de primeros auxilios y sexualidad para los más mayores. Talleres de alimentación, higiene alimentaria e higiene corporal para las madres. Todo esto con la sorpresa de la participación y la buena acogida por parte de todos.
También hay tiempo para la diversión, que puede servir a la vez de educación. Esta es la parte de los juegos. Olimpiadas, juegos de confianza, talleres de pintura, juegos de piratas, etc. Aquí disfrutan todos, los mejores los niños.
Por último un poco de turismo, conocer el país, su cultura, su gente. Los interminables mercadillos de artesanía. La visita a las ruinas del Tiwanaku, ciudad que ya existía cinco siglos antes de Cristo y que perduró por más de 1500 años en el valle de Pampa Koani, al sur del lago Titikaka. Copacabana, a más de 3.800 metros de altura, a orillas del lago Titikaka, centro cultural situado a 150 km de La Paz.
El trabajo en El Alto continúa, aún nos quedan casi dos semanas más. Las ganas y la ilusión están como el primer día, el cansancio sale alguna noche, pero pasa rápido, solo con pensar en los niños es suficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario