Conocemos
como “Generación Y” a aquellas personas que nacieron entre 1982 y 1995 y que en
estos momentos tienen entre 18 y 31 años, personas que crecieron en una
sociedad que no les planteo muchos problemas, todo lo contrario, vivieron años
de crecimiento, desarrollo tecnológico y la mayoría de ellos vivieron en
entornos familiares sin problemas económicos. Eso sí, la mayoría de los padres
de estos chic@s trabajaron duro en la época en la que ellos crecían y
aprendían.
Esta
generación debía ser la que tomara el relavo en estos momentos, bien preparados
y con la supuesta perspectiva de un país que había salido de la transición siendo ejemplo en todo el mundo, con una Europa unida, con una única moneda. Ellos no
conocieron la guerra fría. Pero la realidad es muy diferente, tan diferente que
es posible que este país pierda esta generación, que no les pueda dar ni la más
mínima oportunidad.
Este
es el testimonio de una persona que pertenece a esa generación. Víctor Vale y
su blog es http://todoelmundoodiaamargarethamilton.wordpress.com/
Se nos dijo que éramos la
generación mejor preparada de la historia, los que se podían permitir viajar y
estudiar en el extranjero, aquellos que cambiarían el país, los mismos que nos
llevarían a la élite mundial… se nos dijo tantas cosas que cuando hemos empezado a andar, hemos descubierto que no somos más que príncipes descalzos sobre un camino de espinas.
Foto de @xsalas |
Nos inocularon el éxito, pero se
olvidaron enseñarnos como convivir con el fracaso; nos mintieron y no nos
dijeron dónde estaba la forja para comprar los escudos contra la realidad.
Somos como aquel prisionero que soñaba que era libre, cuando en realidad tenía
cadenas que aprisionaban su maltrecho cuerpo. La tormenta destruyó nuestro
mundo de fantasía y el fracaso y la desesperación empezaron a llamar a nuestras
puertas.
Al caer la venda, nos
sentimos desnudos, descubrimos el miedo y fue entonces cuando muchos nos
paralizamos. Las interrogantes aparecieron en nuestra vida, las dudas, el
terror y con ello la frustración. Ahora somos los ni-nis, los que no tienen
futuro, la generación perdida, el resultado de un cálculo mal planteado.
Siempre odié el victimismo, nunca
he creído en el destino postulado en las tragedias griegas; mi futuro es mío,
por mucho que me lo quiera negar la realidad. Somos dueños de nuestros errores
y de nuestros aciertos, así como los encargados de aprender de los fracasos
colectivos. Niego el inmovilismo, la pasividad, la generación perdida, la
panacea del “trabajo en el extranjero”; niego a los profetas del fracaso, a los
heraldos del pesimismo, niego a todos los que se esfuerzan en hundirnos y les
doy las gracias por hacernos más fuertes.
Creo en mi generación, creo que
no somos un pretérito imperfecto, somos un futuro ilusionante; no somos estatuas
de sal, somos los ingenieros del futuro. Confío y me reafirmo que esta dura
experiencia que estamos viviendo nos servirá para fortalecer nuestros pilares;
nos hará más fuertes, más resistentes, mejores.
Debemos aprovechar la tormenta
para crecer, para impulsar nuestro destino. Debemos dejar la tormenta a un lado
y aprender a bailar bajo la lluvia.
2 comentarios:
¿Generación perdida? Discrepo, tal como explicaba... http://www.kproductivity.com/expat/2013/02/lost-generation-i-dont-think-so/
Hola Francisco, gracias por la lectura del post y por tu comentario.
Interesante tu post y tu punto de vista, se puede interpretar que no es una generación perdida si tomamos como oportunidad las opciones de trabajo que están teniendo fuera de España. Como dirían algunos "No hay mal que por bien no venga".
Pero para mi si hay algo importante en todo esto, y que tu también comentas, la inversión en la formación de esta generación no la podrá rentabilizar este país. Además, muchos de estos no volverán.
Saludos
@xsalas
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