martes, 27 de octubre de 2015

El Curriculum Oculto

He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos” Antoine de Saint-Exupéry. El Principito. 


Así es, nos lo dice El Principito con sus sencillos pensamientos, en ocasiones las cosas más evidentes no están explícitas en un lugar determinado, no aparecen en un texto o guión; no son evidentes.

¿Puede pasar esto en un curriculum vitae?


En un currículo (educación), donde se refiere al contenido ideológico, pedagógico, psicológico, etc, que establece los objetivos de la educación escolar [ver], todo está bien indicado, sin embrago aparece el concepto de “curriculum oculto, que es acuñado por Philip W. Jackson (en “Vida en la Clase” 1968). En este caso Jackson pone frente al “curriculum oficial” (Aprendizajes establecidos en un programa oficial) un “curriculum oculto” que se refiere a lo que aprenden los alumnos y los profesores como consecuencia de participar en las actividades rutinarias y formales de la escuela.

No hablaremos aquí del “currículo académico” y de la teoría iniciada por Jackson en el entorno de la educación, pero si de las similitudes que puede tener con el “curriculum profesional”, ese que usamos para buscar o cambiar de empleo.

¿Existe un curriculum vitae oculto?¿Todo lo que somos/sabemos está explícito en nuestro curriculum?¿Sirve el curriculum tal como lo planteamos ahora?


En muchas ocasiones nos encontramos con personas que hacen malabarismos para incluir infinidad de información en solo 2 páginas (ese parece ser un límite insuperable, una línea roja. Superando otro de los límites, el minúsculo tamaño de la letra). En otras, observamos una simple y casi vacía hoja donde su propietario no es capaz de poner mucho más que una lista de cosas inconexas y sin sentido, separadas por interminables líneas en blanco para llegar a ocupar toda la plana.

¿Crees que en ambos casos sus autores están informando de todos sus conocimientos, actitudes, capacidades, valores, normas y creencias? 


Si analizamos los tres “hechos de la vida del aula” que identifica Jackson, en su libro “Life in Classrooms” pp.33-4, que influyen en el aprendizaje oculto que reciben alumnos y profesores en el sistema educativo:

“…la masificación, el elogio, el poder, que combinados dan un toque distintivo a la vida del aula, forman en conjunto un curriculum oculto que cada alumno (y profesor) debe dominar si quiere que su vida en la escuela transcurra satisfactoriamente. Las demandas creadas por estos rasgos de la vida del aula pueden contrastarse con las demandas académicas (el curriculum oficial) a las que tradicionalmente los educadores han prestado más atención.”

Existe infinidad de formatos de curriculum vitae, tantos como personas los redactan, incluso para algunos tantos como ofertas se presentan (últimamente aconsejado personalizar el CV). Somos muchos los que damos consejos de cómo hacerlos, orientarlos o pintarlos, incluso algunos les dan un toque original, diferente, sorprendente (¿cuanto vale el talento que pensó esa idea?). Pero en el fondo, unos y otros, estamos tocando la misma partitura con diferente instrumento: Datos personales, experiencia, formación, idiomas, conocimientos, habilidades, etc. ¿Algo más?

Foto de @xsalas - "El cielo de Glasgow"

Y las empresas o los reclutadores o ambos, se rebanan los sesos para “adivinar” a quien poner en el montón del “SI”, a ese/a afortunado/a que será tocado por la varita mágica de una persona… bueno que le sonará el teléfono y en paz. Tan solo con la lectura de unos folios planos (dos dimensiones, bueno menos el que lo imprime en un brik), donde concentramos el aprendizaje de nuestro pasado y no hablamos de nuestro futuro.

¿Cuál fue el aprendizaje de nuestro pasado?¿Nos influye el aprendizaje invisible en la construcción de nuestro perfil?¿Cabe eso en una o dos hojas? ¿Cómo lo hacemos ahora?


Analicemos los tres hechos de Jackson:

Masificación. Como el autor, nos podemos referir a los colectivos en los que nos vamos incorporando durante nuestra vida laboral o incluso antes en la universidad o el instituto/colegio. En esas agrupaciones de personas vamos aprendiendo habilidades sociales básicas, supervivencia, empatía, trabajo en equipo, paciencia, etc. ¿Dónde está esto en tu curriculum?

Elogio. En nuestra vida académica y profesional nos están evaluando de forma continua, alguien a tu lado o sobre ti opina sobre tu persona siguiendo dimensiones más o menos objetivas, sociales y afectivas. De esta vivencia se puede extraer (como hace Jackson) la necesidad de fomentar el elogio o al menos evitar la crítica. Esto nos lleva a temas de conocimiento personal y relaciones interpersonales. ¿Lo indicas de alguna forma en tu curriculum?

Poder. Nos movemos desde pequeños en un mundo de jerarquías, aprendemos así en el colegio la autoridad del maestro, y esto nos acompaña en nuestro recorrido vital de una u otra manera. La autoridad decide que conductas son adecuadas o inadecuadas. Nuestro comportamiento tiene salidas como el rechazo o la falta de cooperación. Hablamos de motivación, comunicación, participación, iniciativa, responsabilidad, honestidad o ejemplo. ¿Cómo lo ven en tu curriculum?

Jackson argumenta que todos estos hechos llevan a vivencias que marcan de una u otra forma la conducta de las personas, ayudando a forjar como somos y que estrategia seguiremos.

Podemos afirmar lo mismo de cómo se construye el perfil profesional de una persona, de cómo será y que estrategia tendrá para buscar trabajo. No vale preguntar a una persona por lo obvio: Donde estudio, donde trabajó por orden cronológico, que cursos tiene o cuales son sus aficiones.

Preguntemos a los candidatos por lo que no se ve… “lo esencial es invisible a los ojos”.

Construye tu curriculum oculto ¿Te atreves?

miércoles, 14 de octubre de 2015

Cuando Recursos Humanos deje de mirar hacia dentro…

Este post fue originalmente publicado en el Blog de RRHH de IMF Formación.

“No me hables de ti, preocúpate por mi”

Esta frase tiene sentido para muchos aspectos de la vida, tanto personal como  profesional, aunque nos quedaremos con el compromiso de su significado profesional, de liderazgo, de acompañamiento (Coach) y sobre todo de desarrollo de las personas: Talento.

Bla, bla, bla… este sería el resumen de los miles de post escritos sobre el papel de Recursos Humanos en una organización, el valor que puede/debe aportar y sobre todo la transformación que tiene que sufrir en estos tiempos de cambios. Pero seguro que se nos pasará el tiempo discutiendo el como y el porqué sin llegar a hacer nada.

"Construyendo" foto de @xsalas

Arriesgando un poco (o mucho), queda la sensación en el aire de que nada o muy poco está cambiando en la gestión de personas en las empresas, y cuando ocurre no es más que la excepción que confirma la regla y donde todos ponemos el foco.

“Las personas son el centro, el motor de la organización” 
¿Os suena?

Supongamos que trabajas en una de esas empresa que ya está mudando su piel y esperamos que también su “alma”, bueno o incluso no, simplemente responde a las siguientes preguntas sobre tu Departamento de Recursos Humanos (no importa si trabajas en él o no).

  • ¿Se encarga tu empresa de hacer las nóminas y gestionar las relaciones con la administración? (Altas, bajas, etc.)
  • ¿Qué porcentaje de personas se encargan de estas tareas sobre el total de RRHH?
  • ¿Cuánto tiempo pasa desde que se decide incorporar a alguien hasta que entra a formar parte de la empresa?
  • ¿Conoces la política de incorporaciones y sabes que ocurrirá?
  • ¿Cuánta información de la que tienes de tu empresa te la proporciona Recursos Humanos?
  • ¿Puedes hablar con alguien de RRHH con facilidad cuando tienes un problema? (Qué no sea de la nómina)
  • Si tienes evaluaciones de desempeño ¿Puedes evaluar a tu jefe?

Podríamos plantear muchas cuestiones más, pero no es cantidad si no sinceridad lo que queremos. Por ejemplo, si tus respuestas han sido más o menos estás (por orden de preguntas):

Si – Muy alto – Mucho o No lo sé – No – Poca – No – No

Entonces estamos a años luz de donde deberíamos estar, continuamos anclados en los viejos paradigmas. El centro continua siendo la gestión de lo que hacen las personas y estás no dejan de tener un papel secundario en el trabajo de los profesionales de Recursos Humanos. Esa gestión se caracterizó por mirar hacía dentro de la empresa, por preocuparse de controlar a aquellos que supuestamente harán todo lo que esté en sus manos para no implicarse demasiado.

Los antiguos Departamentos de Recursos Humanos dedican recursos para controlar a las personas que trabajan en la empresa, con lo que se parte de una premisa muy clara y evidente…
“No me fio de ti, debo controlarte”
Y esa es una visión hacia dentro, solo pienso en protegerme, solo hablo de lo que me cuestas, de lo que te ausentas, de sueldos, de horarios, de control de entradas y salidas, de ¿Qué haces? Si eres bueno te premio, sino te castigo.

Para iniciar el cambio, no solo de piel, también en las entrañas de la organización es necesario cambiar la visión del escenario. Ya no estamos para controlar, más bien esperan de nosotros que estemos para acompañar. Las tareas administrativas llevan años haciéndose y deben hacerse bien, no aportan nada al empleado.

Pero si quieres iniciar el cambio, tendrás que realizar un ejercicio en primer lugar:

“CONFIAR”


Sin confianza no hay inicio del juego. No es necesaria una lista de tareas para ser una empresa “guay”. Céntrate en una sola y primera orientación de tus actos: Confía en tu gente”.

El resto, si estas poco seguro de los resultados lo puedes planificar y desarrollar, pero en todo caso te digo que la confianza te llevará a la conversación y desde esta saltarás a la preocupación por los demás. Que es lo que ahora le piden los empleados a un Departamento de Recursos Humanos.

lunes, 5 de octubre de 2015

¿Sabes Comunicar? 5 Ideas para empezar

“Si no comunicas no transmites sentimientos, sin estos es imposible liderar a tu equipo”

No es lo mismo hablar que comunicar. Hablar lo sabemos hacer todos –Se supone-, hablando lo que hacemos es transmitir información, algo que no entraña mucha dificultad. Comunicar sin embrago supone algo más, no solo nos tenemos que limitar a lanzar información, también debemos implicar las emociones. Con las emociones conseguiremos llamar la atención de nuestros interlocutores y haremos que nuestro mensaje sea recordado.

Según un informe presentado por Adecco en enero de 2015La glosofobia: el miedo a hablar en públicoque frena nuestro desarrollo profesional”: Se estima que un 75% de la población sufre algún sentimiento de ansiedad y nerviosismo al hablar en público. Si lo trasladamos al mundo profesional nos encontramos con un problema clave para comunicar eficazmente a un equipo de trabajo, si te encuentras dentro de ese 75%.

Para la empresa es fundamental que sus empleados sepan comunicar con eficacia, sin problemas añadidos que impidan que el mensaje llegue con claridad. Pero como decíamos al principio, comunicar no solo implica transmitir un mensaje, si queremos que sea útil, debe ir acompañado de la parte emocional que requieren nuestras relaciones con otras personas.

Un paréntesis. Nuestro sistema educativo no ayuda para nada a desarrollar esta habilidad, en ningún momento se fomenta en esta País la oratoria, la argumentación y el intercambio de ideas. Algo que se debería tener en cuenta.
El liderazgo actual implica en gran medida conectar con el equipo, y este aspecto no lo consigues de ninguna manera si te limitas a transmitir ordenes y a juzgar dependiendo solo del resultado de la tarea. La mayoría de los líderes de este País disponen de grandes capacidades técnicas, son conocedores del detalle de sus responsabilidades, pero son muy malos comunicadores.

Nadie enseña a nadie a ser jefe, cierto, al menos en el mundo cotidiano de la empresa, pero sin embargo es absolutamente necesario conseguir ese nivel de implicación en la comunicación.

Básicamente nos podemos centrar en 5 aspectos que nos pueden ayudar a encontrar ese nivel mínimo de desarrollo de la buena comunicación.
  • Usa los sentimientos. No comuniques solo con la razón, esta solo lleva al mundo de los resultados fríos. No es malo transmitir emociones y sentimientos en tu mensaje, llegarás mucho más lejos en la conexión con los demás. Si no crees en lo que estás diciendo, si no estás convencido de tu mensaje, de poco servirán tus palabras. Las cosas que además de entenderlas las sentimos, solemos no olvidarlas.
  • Se concreto, todo no es importante. Estamos en un mundo donde sobran las fuentes de comunicación y continuamente estamos siendo bombardeados por diferentes canales en nuestro entorno, todos sabemos de todo. Centra una “idea única” e impacta con ella a tu equipo, no te andes por las ramas, el tiempo es importante, el tuyo y el de los demás.
  • Construye una historia con tu mensaje. Si lo que quieres transmitir no es posible resumirlo en una historia de 5 minutos, es que no tiene contenido. Además no olvides que debes tener un buen comienzo, como toda buena historia, y por supuesto un final, una conclusión.
  • Usa el sentido del humor. No lo olvides nunca, transmites también tu estado de ánimo, si estás enfadado o preocupado o alegre o enfermo. Nuestro mensaje no es lo que dices, si no como lo dices, el lenguaje no verbal es fundamental en tu comunicación. Lo importante no es lo que dices, sino como lo interpreta tu equipo.
  • Busca siempre la complicidad de tu equipo. Pregunta, haz que sean cómplices de tu mensaje. No te sientas el único protagonista de la historia, porque entonces solo será tu historia, no será la historia de nadie más. 

No es necesario complicarse mucho la vida, empieza por llevar a la práctica estas cinco recomendaciones en tu trabajo del día a día. Después podrás perfeccionar tu comunicación con la práctica y sobre todo el “feedback” de tu equipo. Ellos te ayudaran a mejorar si los sabes escuchar.

¿Te atreves a comunicar?

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