martes, 29 de abril de 2008

HE PERDIDO EL TIEMPO…(Escrito por Carlos C)

Mi generación, que también es la de Ximo, aún recordamos con nostalgia cuando las horas eran horas y cada dos días había marea. El colegio duraba como para escuchar con calma al profesor (nada menos que Don Alfonso), para preguntar con un cierto atisbo de miedo, no vaya a ser una tontería la pregunta y para salir al encerado como quien sale al albero. El colegio duraba, pero no tanto como para que se hiciera tedioso. Los recreos eran una alegre eternidad llena de pasión por vivir. Así que iban unas cosas venían otras, ya tocaba volver a casa. Donde después de un discreto pero efectivo aseo de oídos proporcionado con toda parsimonia por la madre, había que sentarse a hacer deberes. Mientras tanto, llegaba el padre (cariño reverencial) para ayudarte o para, a veces, enderezar lo torcido. La cena todos juntos y, sólo después, un rato de uno de aquellos dos canales de televisión en blanco y negro, hasta que salieran los dos rombos de Ironside. Sirvan estas líneas para agradecer a aquel censor que no le tentara ponerle rombos a Estudio Uno.

Y así, callando, callandito, nos íbamos preparando para ser gente de provecho y de bien (Don Carlos me habían de llamar). El instituto y la facultad no fueron pruebas de competición contra el tiempo, sino ocasiones de conocer ciencia y gente. Otros amigos tomaron el camino del aprendizaje (siempre dedicándole el tiempo necesario para conocer bien tu oficio).

No hace un año he sido padre. Y mi princesa va a tener que vivir un mundo en el que podrá tener de todo salvo tiempo. De momento, no tiene iguales porque en las ciudades de nuestra sociedad ya no hay niños, hay náufragos en un mundo para adultos. En cuanto eche a andar, deberá ir a la guardería, porque sino salta curso y no hay plaza. Más tarde, las actividades extraescolares no le dejarán tiempo para ver a sus padres, total, es igual, ellos tampoco le podrán dedicar ese tiempo. Sus compañeros de colegio acabarán siendo, con el devenir de los cursos, competidores para selectividad, para un número cerrado de plazas en la facultad, para respirar. No le bastará con ser una persona, deberá ser la persona más eficaz. Y necesitará una retribución acorde ya! No es necesaria la ciencia y la docencia, si no se paga me busco otro trabajo. Porque necesito comprarme fiesta, moto, coche, novio, piso, ya!

Todo, ahora, ya!

Me han preparado para no romper la cadena y formar a la siguiente generación en valores, pero si lo hacemos mi hija y yo así, en el mejor de los casos será un monstruo en su atipicidad. He perdido el tiempo. He perdido el tiempo de mi hija.


Carlos

lunes, 28 de abril de 2008

El que mantiene este Blog...

Hola, bueno este de la derecha soy yo, si justo el de la foto. Mi nombre es José Joaquín Salas, pero normalmente en el mundo 2.0 me identifico por Ximo Salas, abreviado xsalas, aunque este último nick me trae alguna que otra broma, la gente tiene mucho humor.

Mi mundo más próximo es el Mediterráneo y la Sierra de Espadán, un paraje precioso. Profesionalmente me he dedicado a diferentes cosas, pero con un denominador común, nada que ver con mis estudios. Soy licenciado en Matemáticas, pero me he dedicado a la consultoría, gestión y dirección de recursos humanos. De todas formas si quieres saber más sobre mi perfil profesional lo puedes consultar en la red LinkedIn.

Me gusta el mundo 2.0 y he ido evolucionando con él. Me fascina el poder de comunicación y aprendizaje que encierra, su inmediatez y sobre todo la posibilidad de compartir. Me gusta escribir y por eso en abril de 2008 inicie este modesto blog, encontraras en él distintos contenidos, pero sobre todo temas relacionados con las personas, la empresa y su gestión.

Puedes ver mi perfil en LinkedIn o en Xing

También me puedes encontrar en Twitter… @xsalas

Gracias por leer… se feliz.

domingo, 27 de abril de 2008

CONTRATAR CON EMOCIONES

Todo el mundo comenta y escribe, en foros de empleo, en revistas especializadas, en conferencias sobre gestión de personas o retención del talento, que es difícil en estos momentos atraer personas a las organizaciones y más aún que estas sean brillantes. No dudo que es así, en mi experiencia personal lo estoy viviendo y me pregunto continuamente: ¿Dónde están los candidatos? Hasta el momento solo he oído (me incluyo) lamentaciones sobre este tema y pocas explicaciones coherentes sobre porque ocurre o mejor que soluciones tenemos para mejorar la situación.

Pondré un ejemplo personal e intentare argumentar desde este una teoría basada en las emociones, que podría servir tanto de explicación de la situación anterior como de posible solución.

Durante el desarrollo de una feria de empleo, de estas donde las empresas van en busca de personas, montan tinglados publicitarios y envían al personal del departamento de recursos humanos con traje y corbata; me encontré con una persona que estaba terminando los estudios de Ingeniería Industrial, se paro ante el stand de mi empresa y le pregunté si podía ayudarle. No contesto, pensaba que no podíamos ayudarle ya que su conocimiento de nuestro sector le decía que no tenía muchas opciones como ingeniero. Después de hablar con él durante unos minutos para intentar aclararle algunas dudas, paso a mostrar interés por lo que yo le decía. En ese momento la conversación ya no continuo en el tono habitual de: “yo tengo trabajo y tu tienes que trabajar, y te doy una oportunidad, y aquí tienes un futuro, y etc.”; me di cuenta que tal vez sin quererlo estábamos hablando de ÉL, de que ser ingeniero puede abrir más puertas de las que imagina, de que puede desarrollarse independientemente de los estudios, de que como persona tiene posibilidad de elegir y seguir aprendiendo, de cómo se sentiría haciendo cosas diferentes, en definitiva: Que él era importante y que sus sentimientos contaban para entrar en esta empresa. Antes de despedirse entrego sus datos para ser incluido en un proceso de selección y nos dijo que nunca había imaginado que podía hacer otras cosas. Espero que entre a trabajar en mi empresa.

Esto lo defino como “contratar con emociones”, y para mi explica en parte la falta de candidatos o que los que existen no están preparados. Creo que no es cierto, existen candidatos y algunos están preparados, el problema es que las empresas queremos llegar a ellos con traje y corbata, de una forma profesional, directa y sin tregua alguna, con prisas. Pero ellos tienen emociones y la mayoría espera que hablemos de ellas, lo demás ya lo aprenderán.

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