sábado, 30 de junio de 2012

En este País ¿Dónde estará el Talento?


Erase una vez un país muy, muy lejano… donde vivían casi más de 5 millones de personas, todos ellos tenían algo en común… no tenían trabajo y habían obtenido la nacionalidad de este país por ese motivo. Lo llamaban INEM y tenía como única frontera otro país llamado España, lugar de origen de casi todos sus habitantes.

Este país acumulaba una gran cantidad de conocimiento, por una parte un gran grupo de jóvenes, bien preparados, universitarios, con ideas, ganas de trabajar y adquirir experiencia…

La tasa de paro juvenil en España está en el 43,5% (Datos del Instituto de Estudios Europeos IEE) frente al 20,4% de promedio europeo.

Por otra parte un número importante de profesionales mayores de 45 años, con experiencia y que llegaban a este país porque en España se les consideraba “caros” o tal vez “mayores”…
Foto de @xsalas

El paro en profesionales de más de 45 años superaba el 15%, más del doble del que había en el año 2007 (5,9% ), pero con un problema añadido tienen un 20,8% más de probabilidad de convertirse en parados de larga duración que los menores de 25 años.

Un día, en este país llamado INEM alguien se preguntó por la posibilidad de enviar a estas personas más allá de sus fronteras, a otros países lejanos, donde si necesitaban profesionales cualificados y donde se estaba generando empleo…

Dependiendo del nivel de formación, Alemania podría necesitar 500.000 de nuevos empleados especializados, esta economía creció un 3,6% en 2010 y tiene una previsión del 2,3% para creció un 3% en 2011, con una tasa de paro del 6,6%  7%.

En el país vecino, España, alguien se preguntó: ¿Qué futuro puede tener un país así? Donde sus profesionales se marchan a otros lugares, porque no hay oportunidades. Donde los jóvenes no pueden trabajar y los profesionales con experiencia tienen dificultades para mantenerse en el mercado laboral…

Entonces: ¿Cómo aprenderán nuestras organizaciones? ¿Cómo se trasmite el conocimiento?

(Este post fue publicado en mayo de 2011, no ha perdido actualidad y los datos modificados se han mantenido)

martes, 19 de junio de 2012

Empatía 2.0


"Empatía: Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro."

Dulce era una persona meticulosa en todas sus tareas, tanto en el trabajo como en casa, le gustaba el orden y no entendía que las cosas se dejaran en cualquier lugar, que no se prestara atención a los detalles o a los comentarios de otras personas. Como directora de RRHH tenía claro que todos los empleados merecían ser escuchados, después podría usar eso que los expertos llaman “empatía” y que pocos saben cómo usar. Claro está, para “salir de la situación”, que es como lo enseñaban en las escuelas de negocio. No para ayudar, que eso se aprende en las ONG’s.

Ella acostumbraba a decir: No has pensado en alguna ocasión que las personas que comparten con nosotros el metro, el autobús, el trabajo, los estudios… se complican la vida con temas que para nosotros carecen de la más mínima importancia. Solo en el ámbito del trabajo, es fácil que casi diariamente nos encontremos con compañeros que están mostrando frustración, enfado, indignación, o cualquier otro sentimiento, sobre algo que para nosotros carece de importancia.”

¡¡Sean felices ahí afuera!!
“Pero ¿Qué argumentos tenemos para pensar que lo que nos dicen no es importante? ¿Y si cambiamos nuestro punto de vista? Por un momento situémonos en el lado de la otra persona e intentemos pensar que razones le llevan a ese razonamiento, que hace importante lo que para nosotros es nada.”

Así explicaba Dulce a sus compañeros sus argumentos sobre la empatía, esa afectividad mental que podemos tener con el otro, que nos permite interpretar sus sentimientos y modelar nuestro comportamiento para llegar mejor a esa persona. No tenemos porque sentir lo que él siente o pensar igual que él piensa, solamente es necesario poder interpretar sus emociones, su estado de ánimo, sus sentimientos, y podremos ver su punto de vista. Así, cambiaremos el nuestro por unos instantes, los necesarios para ver que eso que estamos despreciando y que es poco importante para nosotros, eso mismo nos sucedió a nosotros la semana pasada.

Cuando Dulce usaba su cuenta de Twitter intentaba no dejar pasar ningún detalle de su Timeline que pudiese ser susceptible de ser interpretado de forma incorrecta, nunca dejaba de agradecer un comentario o una mención de otro “tuitero”, pero además intentaba demostrar siempre cual era su estado de ánimo y adivinar el de sus mejores seguidores, para apoyar con un tweet si era necesario. Para eso solo tenía dos armas, la escritura y los emoticonos, bueno en alguna ocasión también podía servir una foto. Eso era para ella “Empatía 2.0”.

Nunca se planteo contar esto a sus compañeros, ya era difícil en el mundo real, imagínate aquí en Internet, donde solo hay mensajes… y sentimientos, pensaba Dulce.

domingo, 10 de junio de 2012

Un País llamado INEM


Se circulaba con dificultad por las carreteras, desde el estado Español sus ciudadanos se trasladaban de forma masiva al país vecino, pasaban la frontera para completar los trámites legales necesarios y poder disfrutar del deseado subsidio que ofrecía este país. Dulce nunca había tenido necesidad de hacer este viaje, pero ahora las cosas eran diferentes, el trabajo era escaso y pocos tenían el privilegio de un sueldo regular. Dulce necesitaba esta ayuda para que su familia pudiese comer.

Después de pasar el control de fronteras y llegar a la oficina que tenía asignada, se encontró un lugar triste, casi todas las personas eran de otros países. Sombras grises y cabizbajas, intentando no cruzar las miradas. Hacinados en los pasillos, en la puerta de entrada (donde estaban los fumadores) y delante de las mesas de los funcionarios.
Blog Mis vistas del Mundo - Caminos de Ibeas

Las conversaciones no podían ser privadas, la sensación era como si todos intentaran adivinar porque los demás estaban allí. Detrás de cada persona había una historia diferente, muchas de ellas difíciles. Era como una caja llena de historias, como un concurso de monólogos, pero sin mucha gracia. La única distracción consistía en escuchar una voz metálica que anunciaba: “A117, mesa 15”. Después todo el mundo seguía con la mirada al afortunado poseedor de ese número, intentando adivinar su vida.

Dulce tuvo suerte, la funcionaria que le toco fue amable y ella tenía todos los certificados que le pidieron. Le informaron que estudiarían su caso, pero que siendo del estado Español, tenía muchas probabilidades de recibir una pequeña ayuda. El estado INEM entendía las dificultades por las que pasaba su país vecino.

Ya en el coche, de regreso a España, Dulce se sintió relajada, por lo menos alguien ayudaría a su familia, no tendría que recurrir a sus padres para terminar el mes. En su mente siempre estaba la frase: “No me voy a rendir, no seré ciudadana del INEM durante mucho tiempo”.

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