martes, 27 de abril de 2010

Aniversario, este Blog cumple dos años

Se cumplen 2 años desde que este Blog inicio su andadura, fue el 27 de abril de 2008 con la entrada “Contratar con Emociones”, su nacimiento se debió a la curiosidad del autor por este mundo 2.0 y las ganas de compartir y aprender, que son fundamentales para entenderlo. El objetivo era y sigue siendo proporcionar reflexiones y pensamientos, con la única pretensión de compartir y nunca de aleccionar o definir.

Cuando esta aventura empezó no se tenían objetivos de tiempo, ni contenidos concretos, todo se ha ido construyendo poco a poco durante estos dos años, con 96 publicaciones. La mayor parte de los post publicados están relacionados con el mundo de la empresa y los recursos humanos, pero también hay comentarios de libros, películas y relatos cortos de ficción, que intentan poner el contrapunto menos serio al resto de contenidos.

Desde estas líneas dar las gracias a todos aquellos que durante estos dos años han pasado alguna vez por aquí, a los que lo leyeron con ojos amables y sobre todo a los que lo hicieron de forma crítica. Gracias también a los que dejaron algún comentario, no muchos es cierto, por su participación activa y critica en el Blog. Ojalá sean más en un futuro.

El Blog continua, solo con objetivos a corto plazo, no hace planes a largo plazo, como dice la letra pequeña de su titulo “intentando ser feliz con lo más sencillo y todos los días”.

Gracias :)

sábado, 24 de abril de 2010

Parar un tren en marcha o ser arrollado en el intento

Cuando inicias un nuevo reto profesional pones toda la carne en el asador, lo das todo, intentas tener todos los detalles controlados. El objetivo es no cometer errores, que todo salga bien, incluso por encima de la consecución de los objetivos finales del proyecto. Sin embargo ¿Es posible tener todas las variables controladas? O incluso ¿Es necesario?...

...Santiago tenía un interés especial en su nuevo proyecto, su futuro profesional estaba en juego. Durante los primeros días no quiso dejar escapar ningún detalle y sentía la necesidad de controlar todas las implicaciones que su trabajo estaba teniendo. Esta situación, con el transcurso del tiempo, le llevo a una posición de bloqueo, tanto personal como de ideas. Saltaron todas las alarmas y brotó un estado de ansiedad preocupante.

En una comida con un amigo y ante la situación que estaba viviendo, Santiago decidió contarle lo que le ocurría. Su amigo, sin apartar la vista del plato, le preguntó si su proyecto había terminado. Santiago, sorprendido, le dijo que no, que estaba empezando. Su amigo, levanto lo vista del solomillo y le dijo: Pues no lo parece, da la sensación de que quieres terminar antes de empezar. Deberás pedirte explicaciones cuando no cumplas los objetivos del proyecto, no antes. El resto de la comida lo pasaron recordando viejos tiempos.

Pocos días después Santiago presentó un informe del progreso de su proyecto. Durante las preguntas posteriores, fue consciente de que ninguna de sus preocupaciones actuales eran de interés para el resto de compañeros, no por falta de importancia, sino porque no era el momento.
Le vinieron a la memoria las palabras de su amigo “...quieres terminar antes de empezar”. Se relajó. Si fijo nuevos objetivos personales. Se apartó de delante de la locomotora y se subió a charlar con el maquinista, este era uno de los objetivos intermedios.

lunes, 12 de abril de 2010

Incomunicación


Seguimos sin hablarnos, no puedo más, lo he intentado de mil formas y él continua sin responder a mis llamadas, no lo entiendo.
Esto es un infierno, en el supermercado, en la biblioteca, en el trabajo, paseando por la calle, todo son rumores a mi paso, como si tuviese a todo el pueblo detrás de la oreja, los oigo a todas horas, hasta los que no me conocían ya me señalan cuando me ven.
Yo solo quiero hablar con él cinco minutos, el día de la boda, antes de salir corriendo de la iglesia, no tuve valor.

domingo, 4 de abril de 2010

¿Por qué no hablan?

No lo podía entender, llevaba dos semanas en su nuevo trabajo y algunos de sus compañeros se resistían a tener una conversación normal con Santiago. Se notaba casi de forma inmediata quien era capaz de ser sincero o al menos intentaba transmitir información y quien, por el contrario, no soltaba prenda ni aunque se le preguntase de forma directa.

Santiago se planteaba porque las personas podían ser así, aunque en el fondo sabía que la desconfianza venia por el miedo o la amenaza que podía significar un nuevo “jefe” en el despacho.

Él hacia todo lo que estaba en sus manos para que las cosas fuesen lo más normales posibles, dentro de la distancia que de entrada ya ponían algunos. Se resistía a dejar las cosas así y pretendía cada día demostrar a todos que no era una amenaza para nadie, más bien una ayuda, una palanca nueva donde apoyarse para sacar adelante los viejos proyectos ya olvidados, pero no por ello inútiles.


Un día Santiago descubrió que los silencios no solo eran cuestión de confianza o miedo, también eran síntoma de cansancio. Las personas con mucho tiempo en la compañía ya no tenían confianza en grandes cambios y se encontraban bien acomodados, dejaban para el nuevo la lucha de ser emprendedor. En ese mismo momento se dio cuenta que llevaba dos semanas comportándose como los demás le pedían, queriendo agradar a todos, o cambiaba o se convertiría en un extraño, también para si mismo.

Santiago llego a la conclusión de que pasado un tiempo las personas debían cambiar de empleo o de posición dentro de la empresa, para renovar sus metas, el tiempo hace que las personas se acomoden y dejen de aportar todo su potencial, pasan a una posición conservadora y dejan de ser emprendedores. Dejan de ser ellos mismos, para convertirse en lo que los demás esperan de ellos, que en realidad no es más que hacer que los otros también estén cómodos.

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