domingo, 20 de marzo de 2011

Ya es Primavera en la Empresa ¿No?

Sería deseable que las empresas desarrollasen al máximo su inteligencia emocional, pero sabemos que las empresas no disponen de este campo por sí mismas, sino las personas que la componen y sobre todo sus directivos. Por tanto, será más inteligente emocionalmente aquella empresa que cuente con un grupo humano con sus capacidades emocionales más desarrolladas. Hasta aquí todo parece lógico.
 
Desgraciadamente no suele ser así de forma habitual, lo normal es que las empresas se rijan por decisiones tomadas sobre la base de números, datos fríos, resultados, estudios de mercados, etc. La mayoría de los directivos, con coeficientes intelectuales altos, sienten emociones en su vida privada… aman, lloran, ríen, disfrutan, sienten miedo o son felices. Pero cuando se adentran en el mundo profesional pierden parte de su inteligencia emocional y lo cuecen todo sobre el fuego de la lógica, de la razón. Parece ser que así se es más “profesional”, pensamiento extendido, frente al menos “duro” que pretende considerar los sentimientos de las demás, aunque esto solo sea empatía.  
 
…Santiago, como director de recursos humanos, no compartía la forma como resolvía su compañero las diferencias con los miembros de su equipo. Cuando se trató el tema en la reunión no hubo posibilidad de razonar, el director general zanjo las diferencias con la frase: “Aquí o se está con nosotros o fuera.”
 
Peter Salovey desarrolla un marco para la Inteligencia Emocional y la organiza en cinco competencias:
 
  • Conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo.
  • La capacidad de controlar las emociones, para permitirnos adecuarlos al momento.
  • La capacidad de motivarse uno mismo.
  • El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía.
  • El control de las relaciones. La habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones de los demás.
 
Es posible que muchos directivos carezcan de algunas de estas competencias, sino incluso de todas ellas ¿Conoces alguno?
 
 


miércoles, 16 de marzo de 2011

¿Pueden ser efectivos los equipos de corta duración?

¿Es posible que los equipos de trabajo en proyectos de corta duración sean efectivos? La verdad es que si atendemos a las teorías de gestión de equipos de trabajo, perderíamos un tiempo precioso solo en la puesta en marcha “formal” del equipo. Necesitamos se eficaces y tenemos poco tiempo, así que apliquemos un poco de sentido común.

Los equipos con plazos de ejecución rápidos o incluso con alta rotación de sus miembros, tienen un problema claro: La poca afinidad entre sus miembros, no hay tiempo de entrelazar intereses más allá de los profesionales.
Todo el esfuerzo debe ir encaminado a crear relaciones desde la perspectiva profesional. El liderazgo de estos equipos debe plantearse dejando que cada miembro sientan la responsabilidad directa del trabajo, que el jefe de equipo sea inicialmente solo un acompañante cercano, que el objetivo sea más ayudar que organizar, más colaborar que imponer, detectar los puntos débiles de cada uno de ellos de forma rápida y centrar la ayuda en esos puntos. Todo esto sin dejar de lado la responsabilidad de cada uno.

Aunque los tiempos sean cortos, los equipos pueden funcionar, siempre que cada uno de sus integrantes se sientan útiles, tengan un rol, el líder debe detectar ese rol y poténcialo. Fomenta la comunicación y la participación, seguro que dará buen resultado.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Transformar el desempleo en oportunidad ¿No?

La verdad es que hablar de la experiencia de buscar empleo, en cada caso puede ser diferente. Incluso dar pautas para hacer una búsqueda exitosa, suponiendo que tod@s nos comportamos en estas situaciones de igual forma, es muy arriesgado. Pero veamos un ejemplo.

Siendo durante muchos años Directivo de una importante empresa, Antonio, como muchos otros buenos profesionales, se quedo en la calle y con la soledad de no saber qué hacer. Lógicamente su primer impulso fue lanzarse de nuevo a la búsqueda de algo “similar”, lo que le llevo a tener resultados, pero no con la satisfacción profesional que buscaba.

Así que decidió cambiar la orientación, pensó que después de muchos años de una excelente labor como profesional en unas maravillosas empresas, debía dar el paso para ser “el mismo” y ofrecer sus conocimientos y experiencia en el mundo de la gestión de las organizaciones.

Creo su marca personal, su blog, su cuenta de LinkedIn, de Xing, de Twitter, de Facebook, ¡¡Bueno ya vale!! Y se dedico a “formarse e informar” a todo el mundo de lo que sabía hacer y lo que quería hacer, sobre todo para sentirse feliz en su vida profesional.

Con esta experiencia personal, que incluye un periodo de maduración y formación de más de un año, tomó contacto con el maravilloso mundo de los Emprendedores, de las personas que transforman su experiencia en fuerza para aportar a los demás lo que saben.

Hace unos años esta experiencia tal vez hubiese sido más complicada, hoy tenemos una opción para mejorar profesionalmente y diferenciarse del resto de candidatos, utilizando los medios de la Web 2.0

Transforma la situación de búsqueda de empleo en una posibilidad de aprender y mejorar, afróntalo como una nueva oportunidad. ¿No? 


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