martes, 24 de noviembre de 2009

Comida de empresa en un país llamado Inem

Una mañana, mientras Santiago desayunaba, se dio cuenta de la proximidad de las fechas navideñas. Que rápido había pasado el tiempo, hacia ya tres meses que la habían hecho ciudadano de un país llamado Inem, ya se sentía integrado, como uno más. De repente le asalto una idea: “La comida de Empresa”, claro, las navidades no serian las mismas sin esa celebración.

Recordaba que en su último trabajo, en España, esas comidas daban mucho juego, algunos perdían los papeles y otros ni los encontraban. Construías, en horas, grandes amistadas con personas que llevaban trabajando a tu lado cuatro años, con nula comunicación. Descubrías facetas desconocidas de compañeros/as introvertidos, las copas ayudaban. Comprobabas que los extrovertidos podían ser también impertinentes, con las copas se pasaban. Pero en definitiva, todo ayudaba a crear sensación de pertenecía a un grupo.

Santiago se preguntó qué podía hacer. De entrada sería fácil localizar a todos sus nuevos compañeros, es más, como él, todos estaban controlados, con direcciones, teléfonos… Hablaría con los funcionarios de su nuevo país para que le ayudaran. Pero de momento todo se complico: ¿Dónde encontraría un local para casi cuatro millones de personas? La verdad es que eran muchos.

¡Adiós Papa! Su hija se marchaba al colegio. Seguía sentado en la cocina delante de una taza de café. Entonces pensó que lo mejor sería quedar con sus antiguos compañeros para tomar unas cervezas, algunos aún estaban en España, la mayoría, como él, estaban en un país llamado Inem. Este año la comida de empresa en Navidad sería Internacional.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Inocencia

Esta vez no errare el tiro, le vengaré. Se había apostado al otro lado de la carretera, desde allí se veía como discurría el camino serpenteando por la ladera de la montaña, era imposible que le viesen, el sol estaba a su espalda. Recogió las piedras que había a su alrededor, ni muy grandes ni muy pequeñas. Cuando los vio llegar se levanto, estiro al brazo hacia atrás y lo levanto por encima de la cabeza para soltar con todas sus fuerzas la piedra. Se oyeron varios disparos… cayó desplomado.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Arrepentido

El hombre lucía una inquietante sonrisa apostado en la acera de enfrente del cine de su barrio, le costaba disimular la satisfacción que sentía por recordar viejos tiempos, después de casi 9 años y de una intachable conducta, le habían concedido la libertad condicional. Era un domingo gris, de lluvia y el cine estaba muy concurrido, desde esa posición podía controlar quien entraba y salía, sin que nadie sospechara de él. No perdía detalle, de entre aquella multitud tenía que elegir a su nueva víctima. Si todo salía bien el martes estaría de nuevo en la cárcel.

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