jueves, 29 de agosto de 2013

Los RRHH 2.0 usaran las Emociones

“Qué no. No nos aclaramos. Qué no vamos a ningún lugar. Que estamos con los mismos problemas de siempre. Que los buenos nos duran menos que un caramelo en la puerta de un colegio (público) y a los malos los descubrimos tarde… Necesitamos cambiar los procesos de selección” 

Las palabras del gerente sonaban en la cabeza del director de recursos humanos como un soniquete, algo lejano, hueco, repetido y no por ello solucionado. El problema no es solo como seleccionas a tus empleados, sino como los mantienes. Quieres personas con títulos y máster y experiencia y trabajo en equipo y motivación, eso sí, mucha motivación. Aquí motivado se viene de casa. La pregunta que se hacia este buen hombre, como director de recursos humanos era: ¿Y nosotros que ofrecemos?

Ya sabía la respuesta del gerente: “Un trabajo, un futuro”

¿Es difícil retener a los buenos profesionales? Esta pregunta se puede oír en muchos foros de recursos humanos, se responde en conferencias, blogs e incluso en algún que otro tweet. También es posible en estos tiempos que corren oír que es necesario tener más implicación y complicidad por parte de la empresa. Pero de que estamos hablando. Una pregunta más.

¿Es posible hablar de emociones en la contratación y desarrollo de las personas en la empresa?
Esta muy bien, y así deberá ser, que en los procesos de selección ajustemos los perfiles a la necesidad del puesto, teniendo en cuenta los estudios académicos, en definitiva que cumpla con las “aPtitudes” necesarias para el puesto (que sea apto). Pero ¿Qué pasa con las “aCtitudes”? ¿Tiene la persona que vamos a contratar la “postura de ánimo” necesaria para ese puesto? Lo “soft” tendrá cada vez más peso en los procesos de selección. Y esta parte  esta manchada de emociones.

Una vez incorporado, si ya hemos evaluado que el nuevo empleado es apto, es decir, tiene los conocimientos técnicos, académicos y de experiencia requerida, y por eso lo hemos contratado. ¿Qué nos queda por gestionar? ¿A la persona? Pues sí. Sus expectativas, sus anhelos, sus “sueños”… ¿Sus emociones? Tal vez.

Esa es la teoría, y para algunos la práctica. Gestionar las emociones nos puede permitir llegar a las entrañas de los empleados, saber que desean, como se sienten, donde quieren llegar, como quieren llegar. Y la función más complicada no sería gestionar esas emociones, sino ponerlas en orden con los objetivos de la empresa. Gestionarlas para conseguir que una situación positiva de las personas se convierta en un mejor rendimiento para la empresa. Mejor ambiente. Auto-motivación. Iniciativa. Toma de decisiones sin miedos. Etc.

Todos tenemos emociones y no podemos separarnos de ellas, no podemos ignorarlas, esperamos hablar de ellas, no dejarlas de lado. Sin duda, las personas que se encuentren en estos entornos responderán con lealtad y compromiso, y tal vez los podremos retener.

¿Podemos llamar a esto “contratar y gestionar con emociones”?

martes, 20 de agosto de 2013

El #empleo y las redes sociales. Caminos convergentes.

Un “Baby Boomer” me preguntó: ¿Tú crees que Internet me puede ayudar a encontrar trabajo? Según me reconoció, para él todo lo relativo a Internet y sobre todo a las redes sociales estaba fuera de su alcance. La verdad es que más que alcance yo entendí comprensión. Tenía dos motivos básicamente, uno era la falta de utilidad, el otro el miedo a mostrar información que él consideraba personal. Su situación, desempleado desde hacía 24 meses. Su estrategia, la desesperación.

Unos días después una empresa contrató mis servicios para desarrollar una estrategia de reclutamiento usando las redes sociales. No tenían muchas esperanzas en estas nuevas herramientas de contacto con los profesionales, pero dadas las dificultades para encontrar algunos de sus perfiles en los canales que ellos usaban de forma habitual, decidieron hacerlo. Eso sí, con dos condiciones. Una, no exponer la imagen de la empresa de forma abierta, no dar mucha información. Renuncia expresa al “Employer Branding”. Dos, intentar que la competencia no pudiese ni ver, ni aprovechar nada, no demos ninguna pista. No pongamos las cosas fáciles a los demás.
Después de estas dos experiencias pensé que había merecido la pena el trabajo realizado en los últimos años por algún@s de los especialistas en RRHH 2.0: Divulgar, formar y concienciar a los potenciales públicos del mundo 2.0 y el empleo: Los profesionales que buscan trabajo, y los departamentos de recursos humanos de las empresas. Ambos, con sus reticencias, están a punto de coincidir.

La realidad es tozuda. La re-evolución que la Web 2.0 está teniendo en todo el mundo, no excluye para nada a nuestro país-continente: Europa. Y menos aún a nuestra región: España. Las nuevas formas de relación social, que para nada anulan a las tradicionales relaciones humanas desarrolladas durante siglos, están calando en la sociedad del iniciado siglo XXI, en todos los ámbitos que la componen: Empresarial, político, cultural, económico, etc.

Las generaciones Y y Z, herederas de la “Nex Generation” en USA o “Afterpop” en España (Generación X), no aceptaran una sociedad que de la espalda a esa nueva forma de entender la comunicación y relación entre los seres humanos. Dinamismo, cambio, adaptabilidad, ilusión, independencia… Su forma de vida interiorizada. Sin preguntas.

Los “Baby Boomers” y las empresas creadas por ell@s y gestionadas ahora por los miembros de la Generación X, tienen la obligación de cambiar. No es mal principio que ambos, con sus reticencias, empiecen a creer que esto va enserio, que no es una moda. Poco a poco. Pero cuidado, tal vez llegará un momento en el que ese cambio será irreversible. No te pongas la meta muy lejos. ¡Comunícate!

¿Qué opinas de esta tendencia?

lunes, 12 de agosto de 2013

¿Qué son los #RRHH? ¿Cuál es su futuro?

En algunos casos planteamos el concepto de Recursos Humanos (RRHH) en la empresa, siendo muy positivo, como una parte más de la cadena productiva, como un “recurso” que permite desarrollar la actividad principal. Los más optimistas lo pueden llegar a considerar un activo, algo con valor positivo. Lo peor es que pueden llegar a pensar que es amortizable. Carente de Talento y Progresión, "degradable" con el tiempo.

El párrafo anterior no es una entelequia del bloguero aquí escribiente. Para nada, es posible que algunos empresarios/directivos hayan podido pensar que producían "a pasar" de tener que emplear operarios. Para ellos no era parte de la cadena de valor. Así pues, las funciones principales de los destinados a trabajar en esos nacientes departamentos se dedicaban a “tareas de mantenimiento”. Simplificando:

Inspecciono el mercado y compro (selección), instalo y pongo en marcha (formación), mantengo en funcionamiento (retribución y motivación), controlo rendimiento (evaluación), cambio de maquinaria (despido).

¿Así como queríamos tener protagonismo y poder de decisión en las organizaciones? Y esto es lo que considero una definición muy próxima al concepto de recursos humanos puesto de moda en la empresa que se desarrolla en España desde mediados de la década de los 80 y que tiene su esplendor después de la crisis de inicios de los 90, hacia 1995. Donde muchos se llenaban la boca con una frase como así: “En este empresa lo más importante son las personas” (Tururú)

¿No te parece correcto? Pues dame otra definición.

¿Qué debería pasar en el siglo XXI? Y dijo “debería” y no “debe”, ya que tengo mis dudas. Pues que le tenemos que dar la vuelta a los conceptos. Deberemos poner en el centro a las personas, como protagonistas, como actores principales. El factor humano es el que hace que las cosas funcionen. Deberíamos dejar que las personas se desarrollen en las organizaciones y disfruten de su protagonismo. Intra-emprendedores.

Ya no hablamos de empresas que necesitan recursos (humanos), sino de personas que pueden ser necesarias para empresas. ¿Sabes que personas necesitas para tu proyecto? No, pues estás jodido. Os dejo este vídeo resumen de este planteamiento. Escúchalo y discrepa, por favor :-)


martes, 6 de agosto de 2013

Control de Acceso a la Información. ¿Dónde estás? - No te lo digo

Nos comunicamos de forma diferente, rápida, instantánea, escribimos en muros a personas que veremos en horas, mandamos mensajes por cualquier excusa, y esto continua, no es una moda, evolucionará y cambiará muchos de los hábitos interiorizados por una sociedad que ya definitivamente esta dejando el siglo XX. No es una profecía, simplemente es una nueva revolución… ¿Digital?

Desde aproximadamente el año 2004, el uso de las redes sociales y de las herramientas que aparecen bajo el paraguas de Internet, nos posicionan de forma diferente en medio de un mundo interconectado. Y esta es una de las claves más importantes y tal vez más controvertidas para los usuarios menos avanzadas, sobre todo para aquellos que llamamos “inmigrantes digitales”: Decir dónde estás.

Ya no solo subimos fotos, las comentamos, escribimos en blogs o enviamos mensajes, sino que además podemos decir desde donde lo estamos haciendo. El “geoposicionamiento” viene acompañando a los dispositivos móviles y obviamente necesita de la activación del usuario para que funcione, se trata de una opción voluntaria.

Pensemos ahora por un momento en el mundo de la empresa y en la necesidad que existe en los centros de trabajo de establecer sistemas de control de accesos. Antes estos sistemas funcionaban solo como control horario, ahora forman parte de la seguridad de las instalaciones. De todas las empresas que he podido visitar, la mayoría de ellas tenían instalados sistemas de este tipo, algunos más sofisticados y otros más “antiguos”, pero todas, absolutamente todas tenían entre sus trabajadores interiorizado el valor común de identificarse en los puntos de accesos.

Y aquí es donde viene el giro de este post. Si que existe una diferencia entre empresas. Cuando hablamos de grandes empresas, corporaciones que acumulan plantillas numerosas en un punto de trabajo, o edificios dispersos en un parque empresarial, esta cultura está totalmente extendida. Nadie de la organización, ocupe el lugar que ocupe pasa (hablando literalmente) de ese tipo de controles, es más, en algunos lugares es posible ver a tod@s con una identificación personal a la vista.

Sin embargo, cuando bajamos a empresas más pequeñas, y no por ello con instalaciones menos vastas o complicadas que las de las grandes corporaciones, nos encontramos casi siempre que una parte de su plantilla, aquella que supuestamente dirige los destinos estratégicos, los mismos que deciden qué tipo de control se instala en los accesos, que no usan el sistema. Si, así es, o acaso no conoces una empresa donde ocurre esto.

Parece ser que el directivo de una Pyme debe tener ciertos privilegios que le distingan del resto de miembros de la empresa, entre ellos está el de no pasar por un control de accesos que se supone pensado más para evitar el absentismo, que como sistema de seguridad y localización. Estos mismos ejecutivos que disponen de teléfonos de última generación (otro de sus privilegios), donde tal vez por falta de uso o incluso por su propia condición de “inmigrante digital”, estén siendo continuamente monitorizados por un GPS que son incapaces de desactivar.

Paradojas de las revoluciones. Algunos se resisten a incorporar en sus empresas los nuevos “sistemas sociales”, mientras redefinen sus valores. No podemos estar más de acuerdo. Estos mismos directivos son los que prohíben el uso de las redes sociales en sus empresas. Pero no ven la viga en su propio ojo. Si, justo, ese con el que no ven que esto está cambiando.

Muestra tu opinión ¿Conoces algún caso?

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