lunes, 27 de junio de 2016

La No-Empresa. Las Organizaciones Gaseosas

La sociedad está empeñada en cambiar la forma de relación de las personas, y por tanto dentro de las empresas… aunque este cambiando es lento, tal vez se produce al ritmo al que se están incorporando los “nativos digitales” al mercado laboral o tal vez porque las empresas descubran que en este nuevo entorno es donde se podrán desarrollar los nuevos equipos de innovación.

Mucho se habla de cómo serán las “Nuevas empresas” y poco se construirán. Lógico, aún estamos re-evolucionando sobre conceptos que no tienen asignados directamente beneficios (ahorros) que se muestren en la cuenta de resultados, al menos no de forma convincente. Les llamamos “Organizaciones 2.0” o “Empresas 2.0”.

Pero lo cierto es que el concepto “empresa” es el que tenemos todos en la mente, con el que hemos nacido, crecido y nos hemos reproducido profesionalmente. Así que será muy difícil que estructuremos una nueva forma comercial de agrupación de humanos que se llame igual, aunque le pongamos la coletilla “2.0”. 

Además, por las pistas que estamos teniendo: Organizaciones planas, comunicación transversal, libertad de movimientos de las personas, participación global, innovación continua, adaptables a cambios de forma rápida, flexibles, formados por intra-emprendedores… Poco tendrán que ver con las actuales organizaciones llamadas empresas.

#RRHH por @xsalas

Por lo tanto, mientras no aparezca alguien (seguramente con apellido anglosajón, no sirve si se llama Pérez o García) que les asigne una nueva nomenclatura, les podemos llamar: “No-Empresa”. Tiene su sentido no. 

Poco se parecerán a las actuales y además muchos creemos que esa diferencia (cuanto más acentuada) es la que les hará mejores, incluso hasta el extremo de que solo en ellas se podrá trabajar el talento y la innovación, desde las “tribus” que formaran su músculo

Si ahora les llamamos “Empresa”, su re-evolución debe llamarse “No-Empresa”, al menos para desterrar la posibilidad de que algún iluminad@ “General Manager” intente colocar alguno de los estigmas de las viejas empresas en las nuevas no-empresas, apelando a los valores de la organización.

Y si de forma general nos cuesta tener más o menos claro que puede ser una no-empresa (difícil, muy difícil), podríamos empezar por aspectos más concretos de su forma o funcionalidad, por ejemplo: ¿Cómo se organizarán? Para eso vamos a tomar como símil los diferentes estados de la materia: Sólido, líquido y gaseoso.

Creado por @xsalas
Las actuales organizaciones tienen una estructura más bien rígida, con sus organigramas, que representan solidas porciones estancas de divisiones, secciones y departamentos. Todos ellos haciendo la guerra por su cuenta, creando grandes burocracias que solo los viejos del lugar saben resolver. Moles de granito que resulta difícil de mover y cuando se les quiera dar una nueva forma (Adaptación al cambio), es necesario esculpirlas con cincel y martillo para salvar su resistencia. Su estado es sólido.

Frente a esta rigidez desarrollada desde la segunda revolución industrial y la visión muchas veces “tayloriana” (Frederick Taylor) de la empresa, surgen organizaciones más ligeras en sus formas, más moldeables y ágiles frente a los cambios. Organizaciones, tal vez impulsadas desde la teoría de Henry Mintzberg, que desde la segunda mitad del siglo pasado avanzan hacía organizaciones más intuitivas y menos planificadas. Su estado es líquido.

La actual situación, muy próxima a la cuarta revolución industrial, o más bien, re-evolución digital. Donde la rapidez con que la sociedad se mueve, hace necesarias estructuras ligeras, moldeables y líderes adaptables a los cambios continuos. Donde la relación a través de redes se consolida como medio más lógico para generar conocimiento e innovación, sin ser cerradas ni eternas, permitiendo la permeabilidad suficiente para que se auto alimente de los cambios externos. En definitiva, organizaciones alejadas de liderazgos basados en el poder y cercanas a las personas y sus emociones. Sin duda su estado es gaseoso.

Si queremos que nuestras empresas evolucionen y se adapten a los nuevos tiempos de cambio, a las nuevas formas, deberemos aplicar un dosis adecuada de energía a las mismas. No olvidemos que los estados de la materia solo evolucionan si aplicamos la energía necesaria, no lo hacen por arte de magia. 

Pero que no se preocupen aquellos que velan por los costes de la energía, según el primer principio de la termodinámica “La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma”. Si eres inteligente será una inversión, no un gasto.

[Este post fue publicado en este Blog por primera vez en octubre de 2013]

domingo, 19 de junio de 2016

Los portales de empleo, las nuevas generaciones y las conversaciones.

No es cuestión de contratar a un Comunity Manager que te lleve las redes sociales –que también, si es necesario-, aunque las tenga porque todos las tienen, de cambiar tu página Web para que sea más “chula” y se vean las fotos y los vídeos, que por supuesto hemos grabado para transmitir los valores y la cultura de la empresa entre nuestras huestes.

No es una moda que dentro de un tiempo será olvidada, como las corbatas anchas, la blusa marinera o los pantalones de campana, que guardaré en el armario hasta que vuelvan a llevarse.

No es un compromiso que salvas asistiendo a un seminario organizado por una consultora “super-amazing” donde te hablan del futuro, del cambio, de la importancia de las nuevas tecnologías, para luego comentar en el “coffee break”–recreo- con el mismo ponente, que todo esto está muy bien pero que el día a día de la empresa es otro.

La realidad es muy tozuda, la sociedad es muy tozuda y si ha decidido cambiar lo hará independientemente de lo que pienses, creas o sueñes.

“Hace unos días impartí, para un directivo de recursos humanos, unas sesiones sobre uso de redes sociales, entre ellas LinkedIn –como no-. El buen interés mostrado por este profesional se adivinaba insuficiente para salvar las diferencias entre él y los valores contenidos en los nuevos entornos de relación-conversación que estaba descubriendo. Su visión de las relaciones dentro de estos nuevos entornos estaban siendo filtradas por su dilatada experiencia. Mientras intentaba imaginar como podía ser una relación con un “desconocido” de LinkedIn, ordenaba a su equipo insertar un anuncio en un portal de empleo, para que esos mismos desconocidos aplicasen a una oferta de empleo oculta de su propia compañía.”

Es evidente que somos un país cada vez más “viejo” –en un continente cada vez más viejo- y que las personas “mayores” –de 45 años- deberán volver al mercado laboral; si se quiere salir de este atolladero en el que nos encontramos. Por cierto, mercado del que fueron expulsados por los mismos que ahora les discriminan por tener la misma edad que ellos, paradójico no. La mayoría de estas personas se seguirán moviendo en un contexto de comunicación cercano a los métodos del siglo pasado, pero sin duda los más avispados, los que han aprendido la lección, en definitiva; los que han sabido evolucionar y por tanto mejorar su valor profesional, están entrando en una nueva dimensión de relación-conversación que los que han seguido en su lugar no han tenido la oportunidad/necesidad de descubrir.

Así que sólo nos queda una pregunta por responder: ¿Cómo podrán conectar con ese talento sénior que se está construyendo?

La otra cara de la moneda nos habla de jóvenes que se incorporan el marcado laboral y que están más pendientes de vivir y disfrutar que de crear vínculos perennes con organizaciones que despidieron a sus padres cuando ellos andaban pidiendo la nueva PS3. Personas que consideran viejo un ecosistema como Facebook y que prefieren conversar en Snapchat; lugar que no será capaz de entender en toda su esencia cualquiera que tenga más de veintitantos. Candidatos que se sienten identificados con lugares donde las conversaciones son efímeras, las obligaciones pocas, y donde pueden elegir sus propios contenidos sin estar atados a los medios convencionales que les imponen los tiempos y los sesgos de las grandes cadenas.

Así que solo nos queda una pregunta por responder: ¿Cómo podrán conectar con ese talento junior que se está construyendo?

Cada vez lo tengo más claro, este cambio se está produciendo en ambos colectivos de candidatos, y las empresas –perdón los directivos de las empresas- siguen empeñados en interpretar el cambio como una moda, no porque crean que lo sea, más bien por el miedo a verse expuestos en un medio que no dominan ni quieren dominar. Siguen empeñados en colgar anuncios en portales de empleo que unos –sénior- y otros –junior- están dejando de lado, para hablar cada uno con su tempo, su jerga y sus contactos.

¡¡Bienvenidos a la era del conocimiento y la conversación!!



lunes, 6 de junio de 2016

La Marca Personal del Candidato

Las necesidades del mercado laboral están cambiando, muchos de los empleos generados ahora –y sobre todo en los próximos años-, incorporan una serie de habilidades que tal vez no tenían ninguna importancia hace poco tiempo.

Los nuevos profesionales –jóvenes que se incorporan al mercado laboral- y sobre todo los “mayores” -que luchan por incorporarse de nuevo-, necesitan avanzar en el dominio de estas habilidades y saber mostrarlas a los demás para alcanza el objetivo del empleo.

Desde este planteamiento no queda más esforzarse por conseguir avanzar en el desarrollo de estas habilidades, que al final le darán ventaja al candidato de un proceso de selección.

En muchos de los procesos de selección que se llevan a cabo ahora, las personas son escrutadas para conocer algo más de ellas que antes no requería la atención del reclutador. La búsqueda de talento está llevando a muchas empresas a considerar perfiles más visibles y con cierto valor añadido. Sin duda está influyendo el uso de los medios sociales –redes de todo tipo- para poder acceder a esta información.

Así que no queda más remedio que atender a las nuevas exigencias del mercado laboral si se desea tener un buen punto de partida. Con lo que llegamos a la conclusión de que casi todo el mundo requiere del desarrollo de un perfil social que muestra sus posibilidades más allá de un curriculum.

Para mi esto es el inicio de la construcción de una marca personal, que además dará a la persona que lo haga una proyección de futuro mucho más valiosa que la simple aplicación puntual a una oferta de trabajo.

Foto de @xsalas "Marca Personal"

Las habilidades demandadas son concretas y deben ser públicas, además están enlazadas unas con otras y se pueden desarrollar en “cascada”, ya que cada una de ellas te llevará a querer profundizar en la siguiente. Vemos el planteamiento.

  • Autoconfianza y Autoconocimiento. Muy manidos ambos conceptos en estos tiempos, pero fundamentales. No hay mucho que decir de ellos, solo una reflexión: ¿Qué sentido tiene buscar trabajo “de lo que sea”? Dile a los demás que puedes hacer por ellos, de lo contrario no significas nada para una empresa.

Si sabes que puedes ofrecer con seguridad y certeza, llegará la necesidad de...

  • Comunicación. Habilidad fundamental para llegar a los demás, para que conozcan tu valor y sobre todo para desenvolverte en un mundo conectado. Pero cuidado, la comunicación depende de ti –no de los demás. Así que necesitas un mensaje ¿Lo tienes?

Si eres capaz de comunicar de forma efectiva entrarás en contacto con otras personas y esto te creará la necesidad de…

  • Aprendizaje. Cada nueva información que recibas, cada paso que des te descubrirá campos nuevos que querrás conocer. Tu habilidad por aprender se desarrollará por curiosidad –aprendizaje invisible- y dará al mercado un candidato capaz de mejorar día a día.

Si aprendes a aprender, si avanzas en tu conocimiento serás más…

  • Flexibilidad. Algo que se pide mucho ahora, si flexible, ser flexible no es malo. Adaptarse al mercado, a las nuevas tecnologías, a las nuevas relaciones humanas, a un sin fin de retos. Interesante no.

Si aprendes a ser flexible necesitarás participar y por tanto…

  • Toma de decisiones. No ser un mero espectador de lo que ocurre a tu alrededor, valorar tu propia opinión y ofrecerla. No se necesitan personas que cumplan ordenes sin más, es necesario crear y sentirte útil.

Si tomas decisiones estarás muy cerca de tener…

  • Carácter Emprendedor. Esto no es ser autónomo, ni mucho menos. Ahora se habla –y mucho- del “intraemprendedor”, ese profesional que trabaja en una estructura formal pero que es capaz de ver su trabajo como un reto personal. Pierde el miedo a equivocarte por favor.

Con seguridad tu carácter emprendedor te hará más…

  • Colaborativo. Habilidad desarrollada por –casi- todas las personas que usan los nuevos medios de comunicación. No te importará mostrar lo que sabes, no vives de lo que ya sabes, sino de lo que serás capaz de aprender mañana. Pero sobre todo serás apreciado y seguido por favorecer el conocimiento en tu entorno de trabajo.

Y llegados a este punto, desarrollarás la habilidad más complicada sobre todo para los “adoptados digitales”…

  • Competente digitalmente. Sin duda, de esta ya no nos libramos, nadie se podrá desenvolverse profesionalmente en un futuro sin esta habilidad. Piensa y reflexiona, no es necesario que seas un experto en este campo, para ello ya están los profesionales que viven de ello. Solo déjate llevar y trastea, no pienses que esto es solo para unos pocos.

Si inicias tu camino conjugando estas 8 habilidades, es seguro que sin querer estarás poniendo los cimientos de tu propia marca personal como candidato. No olvides una cosa, todo esto depende solo de ti, puedes buscar ayuda –es bueno- pero al final el protagonista eres tu… por eso se llama “personal”.

¿Te atreves a empezar?



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