¿No le regalarías también el collar? Le grité con cara de enfado. Ella me respondió con otra pregunta.
- ¿Por qué no?
- ¿Por qué era de tu madre? Laura no comprendía la importancia que este objeto tenía para mí, nunca le conté la verdad sobre él a nadie, consideraba que pertenecía a la parte privada de mi vida. Aquella alhaja no tenía ningún valor material, en realidad tampoco fue de mi mujer, reconozco avergonzado que me la regaló como recuerdo una antigua novia. ¿Sería este secreto conocido? La verdad es que es difícil que te tomen en serio con noventa y dos años.
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