Iba de camino a su trabajo. Quería que fuese una mañana normal, no faltaba el sol, ni el fuerte calor de agosto, al llegar se fijo en que el jardín estaba un poco descuidado… “son los efectos de la crisis” pensó. Aparco el coche en el lugar de siempre, quería que fuese un día normal. Cuando llego a su despacho se dio cuenta de que faltaban muchas de sus cosas… en unos segundos reacciono… “ya me las lleve hace días”. Se cruzo de inmediato con los compañeros más próximos, las preguntas de rigor… ¿Cómo estás? ¿Cómo va? ¿Qué tal el verano?... las miradas si eran diferentes…
Recogió sus últimos recuerdos, no era necesaria una caja, solo una pequeña bolsa. Tomo aire, había decidido que fuese un día normal. Se paseo por todas las dependencias de la empresa y saludo a todos los compañeros que pudo ver, se paró a charlar con aquellos que tenía más confianza… las miradas eran diferentes…
Volvió a su despacho y escribió un escueto mensaje que envió a todas las personas que no pudo encontrar en persona, no quería olvidarse de nadie. Sabía que él sería casi olvidado en unos meses… “la vida continua” decían algunos. Cierto que continua, pero de otra forma…
Al salir miró a su alrededor, el jardín estaba descuidado, pero si era un día normal, los que no serían normales serían los siguientes… al menos hasta olvidar este último. “Hasta pronto” se dijo a sí mismo.
Se marcho después de su último día normal de trabajo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario