domingo, 10 de mayo de 2009

Necesidad

Luego se fue corriendo, sin mirar atrás, sin remordimientos. Cuando entró en el local tenía muy claro cuál era su objetivo, tan solo unos días antes habían contactado con él, lo tenía grabado en su memoria. No conocía a la persona, solo su aspecto, no sabía nada de su vida, mi su nombre, ni si tenía hijos, pero cuando le puso la navaja en el cuello vio en sus ojos una mirada de suplica. Después hundió el filo, solo pensaba que el dinero serviría para que su hermana fuese operada, es lo menos que podía hacer con trece años.

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