Alguna vez te has parado a pensar cuanto tiempo se tarda en tu empresa en tomar una decisión. Cuando se plantea una cuestión para la que debemos dar soluciones, muchas veces nos tomamos un tiempo para pensar o madurar que debemos hacer. Este tiempo que nos permitimos suele servir para asegurarnos que la solución será la correcta, o eso es lo que nos decimos.
Podemos hacernos una pregunta respecto a esto: En el mundo de los RRHH, cuando se plantea un tema que requiere soluciones y estas no pasan por grandes inversiones ¿Cómo influye el tiempo en la aceptación y efectividad de la solución?
Por lo general el tiempo invertido es inversamente proporcional a la credibilidad de la solución, es decir, cuanto más tardas peor. Pongamos un ejemplo, supongamos que un colectivo de personas plantea una demanda sobre sus condiciones de trabajo, la demanda es clara y las soluciones no son muy lejanas. Lógicamente no se debe dar una solución poco meditada, pero resulta que invertimos 4 semanas en responder.
¿Qué pensaran los demandantes? En primer lugar que no les hacemos caso, en segundo lugar que no tenemos ni idea de que debemos hacer. Después de tomarnos nuestro tiempo respondemos y surge la siguiente meditación: “Tanto tiempo para esto”.
Es lógico pues pensar que cuanto más tiempo invertimos en dar una respuesta menos credibilidad tenemos cuando la damos. Esto es muy sencillo de resolver, tomate en serio la resolución de los temas que afecten a terceros porque de lo contrario tu prestigio y credibilidad como gestor caerán en picado. Al final pueden llegar a pensar: ¿Para que le voy a plantear nada si no responde? Y cuando lo hace es tarde y mal.