jueves, 23 de septiembre de 2010

Huelga general en un País llamado INEM

Estas líneas no pretenden valorar la huelga general convocada en España, ni tampoco si esta tendrá algún resultado o influencia. Mucho más sencillo, solo nos gustaría hacer dos preguntas con el fin de despertar el interés. Las cuestiones son: ¿Debe o puede un Parado secundar la huelga general? Y en caso afirmativo ¿Cómo?

En principio parecen preguntas con respuestas obvias: ¡Cómo no van a secundar los parados la huelga! Si ellos son los máximos perjudicados de toda esta situación. Cierto, los habitantes de un País llamado INEM son los más perjudicados en este momento y la huelga se plantea como protesta contra esta situación y contra unas medidas que no les sacaran de la situación de parados y si lo hacen será en peores condiciones. Según rezan los convocantes de la huelga.

Por otro lado, los habitantes de un País llamado INEM carecen de su primer derecho fundamental: No tienen trabajo. Su principal objetivo es conseguir un trabajo, si no lo tiene: ¿Qué les importan el resto de derechos? Cierto, los habitantes de un País llamado INEM desean tener trabajo y las medidas contra las que se convoca la huelga se toman para mejorar la economía del País España y generar empleo. Según rezan los gobernantes que toman las medidas.

Hemos llegado a dos conclusiones opuestas, siguiendo razonamientos planteados según sean las convicciones de unos u otros, pero en ningún momento nadie habla de algo fundamental: Como generar empleo.

…Santiago se levanto temprano y decidió secundar la huelga, como ciudadano de un País llamado INEM se sentía extraño, no tenía muy claro en qué consistía para ellos hacer huelga. Pensó por un momento y decidió no poner la lavadora, no ir a comprar y no hacer la comida. Tomó un libro y se sentó tranquilamente a leer. Esa sería su actividad ese día.

Mezclando sus pensamientos con la lectura, Santiago se percato que sus hijos pronto llegarían del colegio, con hambre y preguntando por la comida… les propondría tomar un bocadillo en el bar del barrio. Lo cierto es que con su economía no se lo podía permitir y seguramente el bar estaría cerrado por la huelga. Lo de la colada era una faena para su pareja, que ahora confiaba en él para estos menesteres, que culpa tenia ella de su huelga ¿Debía aplicar los servicios mínimos?

Se levantó, bajo a la tienda, compro, hizo la comida y puso la lavadora. En su paseo por el barrio se dio cuenta que era un día normal, tal vez con menos actividad. Sonrió, pensó en las noticas del seguimiento de la huelga, que mostrarían unos porcentajes entre el 20% y el 90%, no se pondrían de acuerdo.

Santiago pensó en su día de huelga y llego a una conclusión, seguro que él y otros más de 4 millones de personas seguirían siendo ciudadanos de un País llamado INEM al día siguiente.

Si quieres leer más...
INEM. Algo parecido a un País
Retorno a un País llamado INEM
Comida de empresa en un país llamado INEM

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que una huelga resuelva nada, pero si es útil para que movilicemos las telarañas que parece llevamos encima, entonces al menos servirá para algo.

Me producen desconfianza los sindicatos, casi tanto como los partidos políticos, pero no tanto. No creo en los líderes sociales -al menos los actuales- pero sí en la acción individual conjunta. Muchos pueden hacer mucho, si quieren pasar a la acción. Para eso no hace falta huelga sino buscar alternativas y soluciones.

La verdad es que tengo un dilema personal sobre el 29.

Me gustó tu punto de vista.

Koke dijo...

Tú mismo lo dices, Ximo: las huelgas deben servir para retomar el rumbo económico que hace un tiempo se perdió.
Lo que pasa es que las huelgas se usan simplemente para atacar a los dirigentes políticos. Si no, ¿a que es debido que los sindicatos "amenacen" con una huelga general y al presidente de turno le entre el miedo?
Pese a todo, nos encontramos en un punto en el que ni los sindicatos dan miedo ni los políticos se sienten amenazados.
En definitiva, un huelga general actualmente no sirve de nada.

Por cierto, yo ese día seré uno más de los que vayan a la compra y hagan la comida. Bueno, lo de la compra estará complicado...

Unknown dijo...

Gracias por el comentario Angel. Yo también tengo la desconfianza instalada en mi mente y para todos. Con la huelga general me pregunto ¿Que nos puede aportar? Si solo se trata de un pulso político, no nos interesa. Si podemos resolver el problema, vayamos juntos. Pero aquí no se mueve nadie, todos quieren salir en la foto de las elecciones. Mientras tanto somos más de 4 millones de parados.

Un cordial saludo.

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